El celtismo protagonizó ayer una jornada histórica, inolvidable, para los miles de aficionados que con tres horas de antelación comenzaron a ocupar posiciones en el recorrido que tenía previsto realizar el autobús con los jugadores de Carlos Carvalhal, desde Praza América hasta la explanada de Tribuna, para afrontar la última “final” (como diría el técnico portugués) o el partido más importante de la temporada. A cara o cruz: permanencia o descenso. Una vez más, el empuje de la afición tuvo un final feliz, como en otras ocasiones en las once temporadas consecutivas que acumula el conjunto celeste desde su último ascenso a la máxima categoría.

* Imágenes: Marta G. Brea , Alba Villar, Borja Melchor.