El mejillón está tan “flojo en carne” en esta época del año que las descargas se limitan casi en exclusiva al de pequeño tamaño.

Sobre todo al llamado “lacasito”, que es como se conoce al molusco cuando en un kilo se meten entre 50 y 60 piezas. A veces hasta 70 y 80 unidades, como está sucediendo actualmente en muchos puertos gallegos.

Ese mejillón pequeño es el que más demandan los franceses, ya que de este modo pueden disimular el molusco gallego que importan entre el que suelen tener sus productores, que acostumbra a tener menor tamaño que el de las bateas.