Los puertos mejilloneros de Galicia vivieron un fin de semana de lo más ajetreado, sobre todo en las zonas menos afectadas por la incidencia de las biotoxinas marinas y en aquellas que aún conservan molusco de talla comercial, que a estas alturas del año es un bien que empieza a escasear.

Con la mirada puesta en la “campaña de Navidad”, ante el temor a que la pandemia, la escasez de producto o bien las biotoxinas marinas puedan estropearla, los bateeiros aprovechan ahora todo lo que pueden para intentar colocar su producto en el mercado y satisfacer los numerosos pedidos que les llegan de toda España y del extranjero, sobre todo de las depuradoras de Francia e Italia.