La Progress M-58 se desprenderá de la EEI a las 18.11 GMT y aproximadamente a las 23.31 GMT del miércoles sus fragmentos calcinados caerán en el Pacífico a 3.000 kilómetros al oriente de Nueva Zelanda, indicó un portavoz del CCVE a la agencia Interfax.

Desde hace más de 40 años, en esta zona del Pacífico -sobre el paralelo 40 latitud sur-, Rusia ha hundido más de un centenar de aparatos espaciales, entre ellos la emblemática estación espacial soviética Mir.

Días antes del hundimiento de la Progress M-58, los actuales inquilinos de la EEI, el ruso Mijáil Tiurin y los estadounidenses Michael López-Alegría y Sunita Williams, llenaron el carguero con los desechos y basura acumulados a bordo durante los últimos meses.

La basura y los restos calcinados de la Progress no representan ningún peligro ecológico porque la mayoría de esos desechos y la estructura del aparato se desintegran en las capas superiores de la atmósfera debido a la fricción.

Según el CCVE, en el muelle que dejará libre la Progress M-58 en la EEI atracará otro carguero con 2,5 toneladas de carga vital para la estación orbital y sus tripulantes, el próximo mes de mayo.

Una vez se enganchan en la EEI, los cargueros Progress cumplen funciones de almacén y bote de basura, como solución a la falta de espacio, uno de los mayores inconvenientes a bordo del ingenio.

Además, con los propulsores de estos cargueros periódicamente se eleva la altura de la órbita de la EEI que cada día desciende entre 100 a 150 metros debido a la gravitación terrestre y otros factores.

Mientras permanecen enganchados a la EEI, las tripulaciones utilizan totalmente las reservas de oxigeno de los tanques de los Progress y también su combustible, que en el momento de su hundimiento apenas queda la cantidad necesaria para efectuar la maniobra de descenso controlado y desintegración.