La toxicidad nos rodea. No hay persona que no tenga un atisbo de algún comportamiento tóxico. Esto no quiere decir que no se pueda cambiar pero la realidad es que, a no ser que seas un ser de luz, es probable que dentro de ti o de las personas de tu entorno haya aún alguna actitud, pensamiento o sensación que tenga una base tóxica. Cuando empiezas un camino de evolución y de sanación, vas queriendo alejarte de personas tóxicas y si se trata de una amistad o de una pareja puede ser medianamente sencillo mantener la distancia o limitar las interacciones con ellas. Pero claro, ¿qué pasaría si se tratara de tus padres? ¿Cómo puedes saber si ellos han sido o son actualmente tóxicos?

La opción de eliminar esta relación no existe, al menos no es del todo realista. Lo que hay que hacer es aprender a dar con las maneras efectivas de manejar esta relación pero, sobre todo, hay que aprender a detectar cuándo tu familia ha tenido o tiene un comportamiento nocivo hacia ti.

Reactividad negativa

Es posible que tu padre o tu madre no sepan gestionar sus emociones y, por tanto, pueden actuar fuera de control. Es posible que tengas problemas pequeños que a ellos les parezcan un mundo y remarcan cualquier tipo de fallo que tengas en cualquier momento de tu vida. Esto hace que actúen de manera abusiva o que sus comentarios sean destructivos.

No hay empatía

Esto es lo mismo tanto si es una persona por fuera o por dentro de la familia. Lo que sucede es que la persona es incapaz de empatizar contigo, es incapaz de ponerse en tu lugar. Todo está basado en ellos y en sus necesidades y es posible que no entiendan que algo que hagan o digan puede llegar a hacerte daño.

Mucho control

El nivel de toxicidad se puede ver a través del control de la persona. Cuanto más tóxico sea, mayor control querrá tener de ti, de la situación o de ambas. Esto se puede observar en aquellos padres que están excesivamente involucrados y no solo quieren saberlo todo sino que hacen exigencias a sus hijos aunque estos ya no estén en edad de que les exijan nada.

Críticas

Los padres y madres tóxicos no son capaces de ver el éxito de sus hijos. No es que no sean capaces, a veces nada es suficiente para contentarlos. Constantemente hacen de menos sus logros y, en muchas ocasiones, esto también se traslada a lo físico. Es posible que los padres también dirijan sus críticas al físico de la persona y esto puede generar bastante huella en su salud mental.

A partir de detectar estos comportamientos, lo que hay que hacer es aprender a poner límites. Dado que a lo mejor no podemos cambiar a nuestros padres (aunque nosotros siempre recomendamos como primera opción la comunicación), lo ideal es controlar el espacio, por ejemplo para hablar de ciertos temas elegir un espacio abierto y público y, sobre todo, ser amable contigo mismo, lo cual incluye no tomar lo que dice tu familia al pie de la letra, hay que comprender cómo han sido educados y que hay ciertas cosas que o bien no comprenden o bien no comparten.