"La familia es el primer escenario de nuestra vida, es en ella donde aprendemos a descubrirnos, a conocer el amor o desamor, el aprecio o desprecio... el lugar donde se desarrolla nuestro yo, pero en la familia encontramos también personas tóxicas y, entonces, la solución es la distancia".

Esa fue una afirmación primera y principal en la charla que ayer dio en el Club FARO la psicóloga Laura Rojas-Marcos, tras ser presentada por la periodista Lucía Trillo "La familia: de relaciones tóxicas a relaciones sanas" es el título de su último libro en la editorial Grijalbo y también lo fue de la charla en la que, antes de nada, quiso dejar claro que hoy cuando hablamos de familia no hablamos de algo concreto ya que el modelo tradicional ha evolucionado y adoptado diferentes formas "pero, independientemente del modelo que te toque lo fundamental es recibir cariño, que sintamos cubiertas necesidades básicas fisiológicas, de seguridad, afiliación, reconocimiento, autorealización..."

Afirmó la psicóloga que hay procesos de aprendizaje activos y otros más pasivos como leer, ver la tele o Internet, pero cuando más aprendemos es cuando tenemos una participación activa, hablando, negociando... algo muy propio de la etapa familiar. Reconoció, no obstante, que igual que cambia continuamente la familia lo hacemos cada uno de nosotros, lo cierto es que genera un nivel de estrés.

Tomar decisiones

"A veces -afirmó-, en momentos de cambio familiar o de pareja, tenemos que tomar decisiones y no son fáciles, duelen. Hay quienes deciden de modo práctico, se involucran en el cambio; hay quienes se resisten al cambio, las hay que perciben el cambio pero se ponen al margen, de perfil, por miedo o falta de interés y las hay que se sorprenden por lo ocurrido, no lo esperaban, por ejemplo una infidelidad. Desde luego, aquellos que deciden de modo proactivo son los que van a procesar mejor sus consecuencias, aunque para ello hayan tenido que salirse de la zona de confort, esa zona donde nos encontramos cómodos".

Dijo Rojas que es en la familia donde se aprenden identificar las emociones, sea rabia, ira, celos... Habló luego de 2 tipos de inteligencia, la intrapersonal (capacidad para reflexionar, para conocerse, para saber qué estoy sintiendo) y la interpersonal, que tiene que ver con las relaciones entre las personas y los estilos explicativos que se adoptan y aprendemos desde la infancia. "Las cosas que nos suceden -explica- pueden ser positivas o negativas pero es fundamental cómo las explicamos. Las podemos atribuir a factores externos, buscar causalidad fuera, o podemos atribuirlas a razones internas, lo cual nos sirve para asumir la responsabilidad de lo acaecido, sea un éxito o un fracaso".

Hablando de las relaciones familiares o de pareja dijo Rojas-Marcos que las hay disfuncionales, cuando hay falta de respeto y conciencia destructiva, represión emocional, agresividad, ese chantaje emocional que nos lleva al desastre, reproches y frustraciones, esa "tiranía del debieras"... Pero también las hay funcionales, cuando hay respeto mutuo, comunicación abierta, bajo nivel de manipulación...

¿Y las relaciones tóxicas? Dice la psicóloga que en toda familia hay personas tóxicas y dio claves para identicarlas. "Son descalificadoras (infravaloran), narcisistas, envidiosas, culpabilizadoras (acusan, atribuyen a otros culpas), psicópatas (disfrutan haciendo daño) , manipuladoras, autoritarias, explosivas..." ¿Y cómo neutralizar al tóxico? Según RojasMarcos lo primero es poner distancia por medio, física y si no se puede psíquica, no tener miedo a ello, no dejarse manipular (seguir el propio criterio), ni chantajear, saber decir no quiero o no puedo".

De las crisis familiares sostiene Rojas que hay cinco causas principales. La llegada de un hijo, "que siempre causa tensiones", fue la primera que citó. Luego, la ruptura de pareja. Cuando queda odio o rencor y las partes no saben gestionar sus emociones -dijo-, los hijos se convierten en pelotas de ping pong, instrumentos de combate. Pero también hay que decir que los hijos toleran muy mal una relación de pareja fría, distante, agresiva... que a lo mejor se sostiene pensando que se le va a hacer un mal a ellos. El mal está en el ejemplo diario de esa relación".

La lucha de poder fue la tercera causa que dio de crisis familiares, sea entre hijos o padres, hermanos... La cuarta, la familia política (¡ojo a las Navidades!, dijo riendo), y la quinta sentirse excluido o rechazado.