La alpinista y exconcejala de Medio Ambiente del Concello de Vigo, Chus Lago, dará a luz a los 55 años a su primer hijo el próximo noviembre. Solomon (Sol, en su diminutivo) llegará, además, con un premio bajo el brazo, ya que Lago también ha recibido la noticia de que su libro "El espejo de hielo", ha recibido el prestigioso premio de literatura Desnivel.

"Me quedan como unas cinco semanas", desvela desde Houston la alpinista viguesa Chus Lago, emocionada en la recta final de su embarazo. A sus 55 años, la exconcejala de Medio Ambiente dará a luz a su primer hijo, que se llamará Solomon, nombre elegido por el padre. Poco antes de salir para dar su paseo diario, cuenta para FARO DE VIGO sus impresiones ante su próxima maternidad. "Lo llevo bien. Al principio me sentía un poco rara, porque engordas un poco, luego el típico cansancio y ahora sí que ya han llegado las náuseas porque ya el bebé es grande y busca espacio, moviendo los órganos y entonces ahí sí que estoy notando que si como mucho, o una cosa o la otra, todo no cabe", bromea en su dulce espera.

Chus Lago, que en 1999 se convirtió en la segunda mujer española en escalar el monte Everest y que en 2009 fue la primera española en alcanzar el Polo Sur tras 59 días de travesía en solitario a través de la Antártida, se muestra radiante, contenta, pese a las duras circunstancias que asolan al mundo por la pandemia de coronavirus. "Lo he llevado bien porque todas las cosas que hago las tengo muy pensadas", explica. En este sentido, la viguesa compara la maternidad con sus expediciones. "Yo creo que se ha dado cuando tenía que darse, la vida que he llevado ha sido frenética, muy intensa siempre, en el trabajo, en la política, con muchas expediciones seguidas también, a veces dos en un año. Esto era una cosa que no me apetecía dejar de hacer, pero no encontraba el momento, por distintas situaciones y cosas de la vida", reconoce. "Yo creo que salió bien porque estaba tranquila, aquí, y el coronavirus no ha sido la mejor circunstancia, porque no deja de preocupar, pero tengo que reconocer que estoy a las afueras de Houston, un sitio privilegiado, muy verde, con una buena calidad de vida y eso me ha venido genial".

Su faceta literaria también le ha ayudado mucho durante estos meses. "Estar aquí es lo que me ha llevado a escribir con calma y me ha ayudado, al mismo tiempo, a no comerme la cabeza con el tema del embarazo", añade. "Supongo que a todas las mujeres les pasa: primero porque son los primeros meses, luego porque si son los del medio y luego porque son los últimos. Siempre estás en tensión, y quizá también un poco preocupada. Y escribir el libro me ayudó también a no centrarme tanto".

El premio a "El espejo de hielo" ha sido otro "regalo" en un año tan especial para ella. "Dos cosas así tan potentes a la vez pensaba que no era posible. Lo hice con toda la intención de ganar y esperaba ser finalista, pero cuando vi que había tantos manuscritos ya pensé que no era posible y que este libro al final la función que tenía era la de servirme de terapia. Cuando me llamaron los de Desnivel me emocioné porque me parecía que este año ya no se podía pedir más a la vida". La "coincidencia" de que nace Solomon y el premio por el libro hace que "no pueda ser más bonito todavía", se emociona.

El nombre de Solomon "lo escogió mi marido (Philip Kleinot)", cuenta. "Es un nombre bíblico. Él es judío culturalmente y aunque no es practicante no quería perder esa tradición. Me pareció muy bonito porque además el nombre corto te queda Sol". Perfecto.

¿Y qué pasará ahora con la Chus Lago alpinista?. "Cómo se hacen las dos cosas? Yo no lo veo", dice, aunque con matices. "Hay algo en la vida que yo creo que me he ganado y es jamás cerrar una puerta. Cuando empecé en política me preguntaban si iba a dejar las expediciones. Cuando te viene esa avalancha política no sabes qué vas a hacer porque no sabes qué tipo de energía te requiere y luego vi que era complicado, pero que se podía conjugar. Entonces yo las puertas siempre las dejo abiertas. En este momento no puede ser porque lo que sí que tengo claro es que quiero estar presente en cada momento de mi vida. Cuando estoy en las expediciones quiero estar al cien por cien. Si dejas atrás un equipaje muy pesado es complicado y yo no lo podría hacer. Ahora tengo que ser consecuente con esto. ¿Qué pasará en el futuro? No lo sé, pero tampoco tengo 25 años como para plantearme con 60 o 70 años lo que no hice en mi vida. Lo hecho ahí está y estoy satisfecha". "Por suerte he llegado a tiempo a todas las cosas de mi vida que he querido hacer".