Tom Petty suena siempre a genuino; genuino por su voluntad rockera, por viajar en un prototipo de autenticidad del rock americano; al fin y al cabo el rock con mayúsculas. Parece que siempre ocupó un segundo plano, pero siempre estuvo en la primera línea, en el primer gran escalón del mundo rock, haciendo grandes canciones y al lado de los más grandes.

Lo de Petty, fallecido este lunes a los 66 años, es una cuestión de ritmos originales, de mensajes "rebeldes", de sonidos; cuestión de despertar emociones en el personal, emociones que sus canciones regalan en cada escucha.

Cada cual con las suyas, unos nunca dejarán de escuchar a "Tom Petty and the Herbreakers" con "American Girl", todo un himno nacido al final de lo setenta que mantiene su vigencia sin inmutarse una nota.

Otros se apuntarán a otros "Regugee" o los golpes de armónica de "You don't know how it Feels". Hay otros símbolos que han supuesto un arreón nuevo en su carrera en un disco recopilatorio que se editó en los noventa, que recogía "Mary Jane's last dance".

Tiene otro de esos simbolos agudos, rápidos, que enganchan de inmediato, como lo es "Runnin' down a dream" y pelotazos (dicho en el mejor sentido) como "Learning to fly"o "Free Fallin'", pieza que puso la cosa sensiblera en películas y que tuvo mucho vuelo en directo.

Y muchos también sentirán erizarse el vello al escuchar "Stop draggin' my heart around", en cualquiera de sus formas, aunque marca especialmente la original con Stevie Nicks, que la lanzó como single en su álbum debut "Bella Donna" al margen de "Fleetwood Mac". Petty la compuso y en sus conciertos aparecia a menudo Stevie Nicks; y la acanción fue adquiriedo una dimensión absoluta. Los ciertos es que con Tom Petty se va un maravillos mundo del rock, pero de ese rok que nunca cansa, que sigue vivo en viajes, fiestas, conciertos o runiones familiares.

Petty, que se preocupó muy mucho de que Bob Dylan no se apagará antes de tiempo con su insitencia para que volviera a los esceanrios. Y el maestro volvió con aquello que dio en llamar la gira interminable. En un comunicado remitido a la a la revista "Rolling Stone", recogido por la agencia Efe, Bob Dylan, que contó con él y con The Heartbreakers en los años 80 como banda de apoyo en la gira "True Confessions", mostró su tristeza por el fallecimiento de su amigo: "Es una noticia estremecedora y demoledora. "Fue un gran artista, lleno de luz, un amigo, y nunca le olvidaré", aseguró el bardo de Minesota.

Y, claro, Tom Petty, además de sus colaboraciones indivudales (como la citada la citada Stevie Nicks, tiene en su historial el haber sido parte esencial del último gran supergrupo fabricado en las escena del rock, Traveling Wilburys.

Los supergrupos, denominación de los tiempos en que Eric Clapton y compañía formaban bandas con figurones de la escena y otros. Bandas como Cream, con autenticas guerras de egos con Clapton, Ginger Baker y Jack Bruce. Visto desde los Traveling Wilburys, la reunión es superlativa y apoteósica, con George Harrison, Roy Orbison, Bob Dylan, Jeff Lynne ( E.L.O.) y Tom Petty. Hicieron dos discos con aroma a Petty y sabor americano. Dos joyas instaladas en la historia de la música y un grupo que hubiera sido perfecto para una gira mundial (y así poder ver por estos lares a Petty) y provocar un temblor de piernas de emoción.