"Elle", la inquietante obra del holandés Paul Verhoeven, se alzó ayer con el César del cine francés a la mejor película, pero solo pudo acompañar esa estatuilla con la de mejor actriz para Isabelle Huppert, poca recompensa para un film que partía con 11 candidaturas.

La ganadora del Globo de Oro a la mejor película extranjera vio como le robaba protagonismo el canadiense Xavier Dolan, que a sus 27 años sumó, con su sexta película, "Juste la fin du monde", tres estatuillas, entre ellas la de mejor director y mejor actor para Gaspard Ulliel, además de mejor montaje para el mismo Dolan.

El propio cineasta lo reconoció: "El cine francés siempre me ha hecho un hueco". Una historia de amor con el joven director de Québec, premio del jurado en el Festival de Cannes de 2014 por "Mommy", que ganó el César a la mejor película extranjera al año siguiente.

"Soy consciente de la suerte que tengo. Mis películas vienen de mi infancia, que pasé en estudios de doblaje. Gracias a ellos", aseguró el director.

A esos dos premios suyos sumó el de Ulliel, el segundo de su palmarés, puesto que en 2005 había ganado el de mejor actor revelación por "Un long dimanche de fiançailles".

Dolan fue sin duda la sorpresa de una noche en la que el cine francés dispersó tanto sus galardones que parecía difícil detectar quién había salido triunfante.