Oceanografía

Una parte del océano Pacífico desconcierta a los científicos

Lleva 30 años enfriándose en un contexto de calentamiento global, tal vez influenciado por los cambios orbitales de la Tierra

Recreación artística de la "lengua fria" del océano Pacifico.

Recreación artística de la "lengua fria" del océano Pacifico. / Generador de imágenes de la IA de BING para T21/Prensa Ibérica, desarrollada con tecnología de DALL·E.

Redacción T21

Una extensión de miles de kilómetros del océano Pacífico lleva 30 años enfriándose en un contexto de calentamiento global sin lo que los científicos puedan explicárselo. Podría reducir el calentamiento global en un 30 por ciento, pero también traer megasequías a Estados Unidos o incendios más intensos en Australia, además de alterar el ciclo del carbono y afectar a los ecosistemas marinos.

El cambio climático está provocando que las aguas de los océanos se calienten, pero hay una zona del Pacífico que está desafiando esta tendencia.

Se trata de la llamada "lengua fría", una extensión de agua que se extiende miles de kilómetros desde la costa de Ecuador hacia el oeste y que lleva 30 años enfriándose.

Este extraño proceso ocurre en un contexto de calentamiento global que afecta a los mares: los últimos datos disponibles muestran que los océanos están calentándose a un ritmo alarmante.

En 2022, la temperatura media de la superficie oceánica fue la más alta registrada desde que comenzaron los registros en 1940: fue de 14,07 grados Celsius, lo que representa un aumento de 1,11 grados Celsius desde 1880. Este aumento se ha producido de forma desigual, con algunas regiones, como el Ártico, experimentando un calentamiento mucho más rápido que otras.

El aumento de la temperatura de los océanos está teniendo un impacto negativo en los ecosistemas marinos, provocando la muerte de corales, la acidificación de las aguas y la extinción de especies.

¿Por qué ocurre la lengua fría?

El Pacífico frío es una región clave para el sistema climático de la Tierra, ya que influye en la circulación atmosférica y oceánica, así como en los patrones de precipitación y sequía en diferentes partes del mundo. Por ejemplo, el Pacífico frío está relacionado con el fenómeno de El Niño, que altera el clima en América del Sur, África, Asia y Australia.

Sin embargo, los modelos climáticos no han podido predecir correctamente el comportamiento del Pacífico frío, lo que plantea un gran desafío para la ciencia. No sabemos qué está causando su enfriamiento, ni cuánto durará, ni si se revertirá en un futuro próximo. Esto impide estimar con precisión la sensibilidad climática global, es decir, cuánto se calentará el planeta por cada aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Varias explicaciones posibles

Existen varias hipótesis para explicar el misterio del Pacífico frío, pero ninguna es definitiva. Algunos científicos sugieren que se debe a la variabilidad natural del clima, que puede tener ciclos de décadas o siglos.

Otros apuntan a la influencia de factores externos, como las erupciones volcánicas, la contaminación atmosférica o los cambios en la radiación solar.

También hay quienes consideran que el enfriamiento del Pacífico frío es una respuesta al calentamiento global, que podría estar modificando la dinámica oceánica o aumentando la evaporación y la nubosidad.

El mapa muestra por un lado el calentamiento del Pacífico por una parte y por otro la “lengua fría” a lo lardo de Ecuador.

El mapa muestra por un lado el calentamiento del Pacífico por una parte y por otro la “lengua fría” a lo largo del Ecuador. / US CLIMATE PREDICTION CENTER.

¿Ciclos anuales?

Un estudio reciente publicado en la revista Nature ha utilizado modelos del sistema terrestre para simular el ciclo anual de temperatura en el Pacífico frío bajo diferentes condiciones orbitales.

El estudio muestra que el ciclo anual del Pacífico frío resulta de la suma de dos ciclos anuales: uno que surge del efecto de la inclinación de la Tierra y otro que surge del efecto de la distancia al Sol.

El estudio explica cómo la interferencia entre estos dos ciclos produce cambios notables en la estacionalidad del Pacífico frío a lo largo de un ciclo de precesión de unos 22.000 años

Este hallazgo sugiere que el enfriamiento del Pacífico frío está influenciado por los cambios orbitales de la Tierra, que alteran la distancia entre el Sol y el ecuador. Podría ser parte de un patrón natural a largo plazo, que se superpone al efecto del cambio climático antropogénico.

Implicaciones globales

Sea cual sea la causa, el Pacífico frío tiene implicaciones importantes para el futuro del clima. Si continúa enfriándose, podría reducir el calentamiento global en un 30 por ciento, según algunos estudios.

Pero también podría traer consecuencias negativas, como megasequías a Estados Unidos o incendios más intensos en Australia. Además, podría alterar el ciclo del carbono y afectar a los ecosistemas marinos, según los científicos.

Por todo ello, los científicos consideran urgente resolver el enigma del Pacífico frío y mejorar nuestra capacidad de proyectar su evolución: se necesitan más observaciones, experimentos y simulaciones que nos permitan entender mejor este fenómeno y sus efectos sobre el clima. Solo así podrán anticiparse a los posibles escenarios y facilitarnos la adaptación a ellos.

Más piscinas frías

De todas formas, hay que tener en cuenta también que el Pacífico frío no es el único caso de una “piscina fría” en el océano. Hay otras zonas donde el agua es más fría de lo normal debido a diferentes procesos físicos, informa The Atlantic.

Por ejemplo, en el Atlántico Norte hay una piscina fría al sur de Groenlandia, causada por el debilitamiento de una corriente global que transporta calor hacia el norte.

También hay otras piscinas frías asociadas a islas ecuatoriales, como las Galápagos, donde una corriente profunda choca con las islas y asciende a la superficie, arrastrando agua fría y nutrientes.

¿Podría ser que el agua en alta mar se convierta en un refugio para los animales marinos que buscan un ambiente frío en un mundo que se calienta? La respuesta, al parecer, es sí, al menos por un tiempo, concluye The Atlantic.