Los entornos urbanos están modificando la genética de las aves: evolucionan de manera similar, independientemente de si viven en Barcelona, Malmö o Glasgow. Diferentes genes vinculados a importantes funciones biológicas reguladas por la serotonina, como la agresión y los ritmos circadianos, fueron seleccionados y transmitidos a nivel intergeneracional en las aves de la ciudad, pero no así en las de campo. Así lo establece un nuevo estudio realizado en la Universidad de Lund, en Suecia, y en la Universidad de Glasgow, en Escocia.

Esto demuestra un sistema de adaptación especial al ámbito urbano, que ha dejado su huella en los genes: las aves manifiestan un comportamiento común para manejarse en ambientes dominados por humanos.

Son los resultados del estudio más grande jamás realizado sobre cómo los entornos urbanos afectan al genoma y, por tanto, al material genético de los animales que allí habitan. La investigación ha sido publicada recientemente en la revista Nature Communications.

De acuerdo a una nota de prensa, los especialistas trabajaron con 192 pájaros carboneros (Parus major, según su nombre científico) adaptados a la vida de 9 grandes ciudades europeas: Malmö, Gotemburgo, Madrid, Múnich, París, Barcelona, Glasgow, Lisboa y Milán. Al mismo tiempo, analizaron otros carboneros que residían en zonas rurales cercanas a estas ciudades.

El carbonero es una especie de pájaro cantor ampliamente distribuida en Europa y Asia, en bosques de todo tipo y en el ámbito urbano. Es un ave sedentaria: la mayoría de los ejemplares no poseen hábitos migratorios. Anida en huecos de árboles y muros o grietas de rocas, presentado una dieta insectívora. Su canto es claro y fácilmente audible a larga distancia.

Cambios genéticos

Los científicos tomaron muestras de sangre de las aves y se analizaron genéticamente. Encontraron que un grupo de genes había cambiado notoriamente en respuesta al entorno urbano, y que esas variaciones no se habían concretado en los pájaros rurales de la misma especie.

Las variaciones respondían a la necesidad de adaptarse al estrés urbano: la contaminación sonora y ambiental, la iluminación nocturna y el contacto permanente con el hombre serían el motivo de los cambios genéticos.

Aunque los pájaros rurales también necesitan regular comportamientos ligados a la agresividad o a los ciclos vitales, los genes que los controlan no presentaron las mismas características de ventaja evolutiva que en las aves urbanas.

Esto significa que los ejemplares urbanos requieren de una nueva forma de controlar comportamientos que son habituales en todas las aves sin importar su lugar de residencia, pero que en el entorno urbano se ven especialmente modificados por las condiciones especiales propiciadas por el estrés.

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El impacto urbano

En su estudio, los científicos destacan que mientras la urbanización está aumentando en todo el mundo y existe una amplia evidencia sobre diferentes cambios en organismos silvestres en respuesta a este nuevo entorno, aún las variaciones genéticas subyacentes a estas adaptaciones son poco conocidas.

Según el Dr. Pablo Salmón, de la Universidad de Glasgow, «lo más sorprendente es que las ciudades, que desde una perspectiva evolutiva son un fenómeno reciente, ya estén dejando su huella en el genoma de las aves”.

En otras palabras, esto quiere decir que la vida urbana, moldeada al calor del ímpetu humano y alejada de la vida silvestre, ha modificado a las aves. ¿Sucederá lo mismo con otras especies? ¿Cómo impactarán estas modificaciones en la calidad de vida de las aves?

Referencia

Continent-wide genomic signatures of adaptation to urbanisation in a songbird across Europe. Salmón, P., Jacobs, A., Ahrén, D. et al. Nature Communications (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-021-23027-w

Foto:

Carbonero común (Parus major). Crédito: Sławek Staszczuk / Wikimedia Commons.