María Castro continúa dando muestras de su fortaleza en MasterChef Celebrity. Tras unos comienzos irregulares y dubitativos, la viguesa se está haciendo más fuerte a cada reto. Atrás han quedado los programas en los que en cada valoración el jurado se refería a ella como "Mari la cochina"; ahora destaca su buen hacer como capitana.

María partió ayer de una situación de desventaja con respecto a sus compañeros. Iría a la prueba de eliminación independientemente de lo que hiciese. Fue el alto precio que pagó por ayudar al expulsado de la semana anterior, Jaime Nava. Los retos no amilanan a la actriz, que pese a quemarse una mano elaborando un pan que le quedó crudo, volvió a liderar al equipo rojo en la prueba de exteriores en homenaje a los 80 años de la Once.

Fue en este momento cuando se realizó la repesca que ganaría Antonia Dell'Ate. Los chefs del programa escogieron su crema catalana por delante del arroz con leche de Dafne Fernández. Y precisamente fue la italiana quien escogió el ingrediente que llevaría a Óscar Higares a la expulsión. El torero no acertó con una elaboración en la que la serpiente era la estrella y se despidió del programa entre lágrimas.

De la comedia al drama

El programa de anoche fue una montaña rusa de emociones. Del ataque de risa de Mario Vaquerizo al ver el deshuesado de Carmen Lomana a la crisis de ansiedad de Paz Vega. De la alegría por ver a los concursantes expulsados, a las lágrimas de Óscar Higares al decir adiós. Y en el caso de María Castro, de la tensión de saber que se jugaba su continuidad a la satisfacción de haber sido de nuevo una gran concursante que se dejó la piel, literalmente, entre fogones.