Además, esta investigación ha hallado resultados similares cuando se añadieron prebióticos a leches maternizadas.

Según informó hoy en una nota la Universidad de Granada (UGR), dicha investigación será una de las que se presenten en el 'Simposio Internacional de Programación de la Nutrición Temprana', un encuentro que acogerá desde mañana la institución académica y al que se prevé asistan cerca de 300 investigadores de todo el mundo.

En concreto, este simposio se enmarca dentro del proyecto europeo 'Earnest', que integra a 38 empresas y universidades de 16 países europeos. El proyecto 'Earnest' --The Early Nutrition Programming Project-- pretende ayudar a formular políticas de actuación, campañas de información y elaboración de documentos, guías y recomendaciones referentes a la composición de alimentos de uso infantil para la mejora de fórmulas infantiles.

Los eccemas producen una situación angustiosa tanto para los padres como para los bebés que los sufren, ya que la piel de los pequeños queda 'en carne viva' y es difícil evitar que los niños se froten. En el peor de los casos, puede resultar necesario envolver a los pequeños cada día con vendas empapadas en crema hidratante.

Normalmente, este trastorno comienza en el primer año de vida y afecta a uno de cada diez niños. Aunque a la mayoría de los niños se les pasa con la edad, aproximadamente la mitad desarrollan otras afecciones alérgicas, como asma o alergia al polen.

Con todo, los últimos avances en el conocimiento del papel de las bacterias intestinales en el desarrollo del sistema inmunológico infantil han llevado a esperar que parte de este sufrimiento pueda evitarse en el futuro.

"Estos estudios están dando lugar a la aparición de nuevas y prometedoras perspectivas acerca de cómo afectan las bacterias intestinales a la función inmunológica y esperamos que apoyen el uso de pro y prebióticos en la prevención de enfermedades primarias en el futuro", afirma Yolanda Sanz, una de las participantes de este simposio.

Por ello, los estudios que se presentarán mañana en dicho simposio dan pie a la esperanza de que, con el uso de las cargas bacteriológicas adecuadas y las mezclas prebióticas apropiadas, sea posible fortalecer las defensas naturales de los bebés y reducir el riesgo de padecer eccemas.

"Esta nueva y prometedora información científica sugiere una vía verdaderamente sencilla para contribuir a mitigar el peso de esta afección en los niños y sus familias", señala por su parte el profesor Philip Calder, de la Universidad de Southampton (Reino Unido).