Los resultados del estudio, que contribuyen a mejorar el conocimiento sobre este proceso fundamental en la eficiencia de los cultivos del cereal, abren la posibilidad de diseñar nuevas variedades de trigo resistentes a enfermedades propias de esta especie y más tolerantes ante condiciones ambientales desfavorables, como la sequía, informó hoy en una nota el CSIC.

La investigación aparece publicada en el último número de la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences" (PNAS).

El estudio cuenta con la participación de la investigadora del CSIC Pilar Prieto, que trabaja en el Instituto de Agricultura Sostenible (CSIC), en Córdoba.

El trabajo, que sigue anteriores investigaciones, aporta nuevos datos sobre cómo funciona el locus Ph1, una posición fija del cromosoma 5B del trigo, responsable de asegurar que en la meiosis los cromosomas homólogos se reconozcan.

Los organismos en los que existe reproducción sexual poseen dos copias idénticas de cada cromosoma, los conocidos cromosomas homólogos.

Durante la meiosis, estos cromosomas se asocian en pares, se alinean íntimamente y se produce un intercambio de material genético entre ellos (la recombinación).

Después, se segregan y dan lugar a los gametos, las células sexuales (en el ser humano, óvulo y espermatozoide), que llevan una copia de cada cromosoma.

Para que el proceso se complete de forma correcta, es preciso que cada cromosoma reconozca a su homólogo.

Según Prieto, en el caso del trigo y las plantas de su familia, la eficiencia y fiabilidad de este proceso de reconocimiento tiene una influencia fundamental en su fertilidad y es clave para el éxito de los cultivos.

Además de asegurar la fertilidad del cereal, comprender los procesos que tienen lugar durante la meiosis y el estudio del mecanismo de acción del locus Ph1 es "crucial" para los programas de mejora genética del trigo, según la investigadora del CSIC.

Para desarrollar variedades genéticamente mejoradas, apunta Prieto, hay que manipular el modo de acción del Ph1.

Así, es posible introducir en el trigo, mediante cruces genéticos, caracteres de interés agronómico presentes en otras especies relacionadas con este cereal, como puede ser el centeno.

"Estas variedades mejoradas podrían resistir mejor a las enfermedadas propias de la especie o ser más tolerantes con condiciones climáticas adversas, como la sequía que actualmente atraviesa España", afirma la investigadora del CSIC.