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La obstinación y la fortuna

El increíble origen de la exposición "Un sueño llamado Soutomaior: María Vinyals 1910-1917"

A finales de 2017 yo, un arqueólogo e historiador de la antigüedad, tuve la fortuna de formar parte del proceso de musealización del Castillo de Soutomaior. Mi cometido, investigar a los propietarios de aquella antigua fortaleza cuyo nombre había oído mencionar con asiduidad, pero del que no sabía prácticamente nada. Tarea alejada de mis inquietudes académicas habituales pero que me cautivó inmediatamente, y que ya nunca abandonaré.

Aquella investigación cuyos orígenes recuerdo hoy como lejanos, me llevó a conocer a una apasionante figura, la de María Vinyals y Ferrés. Nacida en 1875 en aquel castillo, criada en él y la mejor narradora de su pasado que la historia ha dado, me causó desde el principio una impresión muy profunda. Todo lo que leía sobre ella no dejaba de asombrarme, siendo una mujer de una impresionante cultura y de unos planteamientos sociales y políticos de gran actualidad. Descubrí que su figura había sido ya tratada en varias publicaciones que resaltaban precisamente su activismo y su ardua defensa de los derechos de las mujeres en una época muy complicada para su género. Obras extremadamente rigurosas y que evidenciaban horas y horas de investigación, pero carentes quizás de un lenguaje menos académico que permitiese captar la emoción, la alegría y el dolor que recorrieron aquella extraordinaria existencia.

Todas las obras escritas sobre ella dejaban numerosas puertas abiertas en las cuales adentrarse para proseguir el fascinante camino de su vida. Testimonios orales, correspondencia y fotografías me acercaban cada vez más ella. Me empapé de sus escritos y de todas sus cartas llegando a conocerla.

Aquella mujer había crecido en un ambiente aristocrático, en el seno de la residencia de su tío, Antonio Aguilar y Correa, marqués de la Vega de Armijo. Se trataba de un político de gran importancia en la política española de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX que llegó a ser presidente del consejo de ministros. María hablaba cinco idiomas, y entre sus múltiples habilidades se encontraban las de escribir, disertar, dibujar y tocar el piano.

Escrutar su vida me llevó a conocer a su segundo esposo, el doctor cubano Enrique Lluria Despau, hombre de grandes ideales, un filántropo que creció y se formó colaborando con doctores de la talla de Joaquín Albarrán o Santiago Ramón y Cajal. El feliz enlace entre María y Enrique tuvo lugar en 1909 en Madrid, un año después de que María despidiese con gran aflicción a su tío y también a su primer esposo, el marqués de Ayerbe, Juan Nepomuceno Jordán de Urríes y Ruíz de Arana.

María anhelaba un hogar feliz, y su sueño era habitar en el castillo que la había visto crecer. Con su amado Enrique y cinco niños se desplazaron a Soutomaior en 1910. Antonio, era hijo de María Vinyals y su primer marido; Roger era el único hijo de la pareja, de tan solo un año de edad; Enrique, Emilia y Teresa eran hijos del primer matrimonio de Enrique Lluria y su primera esposa Clara Iruretagoyena.

Indagar acerca de los propietarios del castillo me obligaba a investigarlos a todos ellos, sus vidas, su formación, su descendencia, y su final.

Recorrí la historia del sanatorio Lluria, un moderno complejo hospitalario de gran fama durante los años 1910 y 1917. Y seguí los rastros de aquellas siete vidas con gran obstinación, tendiendo a todos una mano y acercándolos al presente. Antonio había servido en el ejército como voluntario tras estudiar en el prestigioso Dulwich College de Londres, en compañía de Enrique, de su misma edad. Teresa crecería en el castillo, educada por María Vinyals, al igual que su hermana Emilia y que el pequeño Roger. A partir de 1917 abandonarían el Castillo de Soutomaior y jamás volverían a reencontrarse.

La fortuna y la tenacidad me revelaron el momento más sorprendente de esta investigación y que cambiaría mi vida para siempre. Sería el apellido Burmeister el responsable. Un apellido poco común en nuestro país, que aparecía en una noticia publicada en Madrid en 1918, anunciando el matrimonio entre Emilia Lluria y Joao Hitzemann. Ese apellido fue el inicio de todo. De un libro, de una exposición, de un cúmulo de sensaciones indescriptibles y de lo que ahora narro con emoción. Pero, sobre todo, fue aquel curioso apellido teutón lo que me condujo a Sofía.

Una cierta María Burmeister respondió a mis mensajes. Llevaba meses siguiendo pistas falsas que no conducían a ningún lugar. Y tras tanto esfuerzo y momentos de ofuscación, aquella respuesta? "creo que mi prima Sofía sabe muchas cosas sobre eso, escríbele a ella". Mediaron segundos entre finalizar la lectura y escribir a aquella "Sofía". Y ella me contestó inmediatamente. "Si, Emilia Lluria era mi bisabuela, y tengo muchos recuerdos de ella". Aquello sería el germen del libro: María Vinyals: La mujer del porvenir. Siete vidas bajo la sombra de un castillo, y de la exposición Un sueño llamado Soutomaior: María Vinyals 1910-1917. Recuperar los rostros de aquellas siete personas, recorrer las visitas realizadas al Castillo deSoutomaior entre 1913 y 1916, localizar un dibujo de Castelao inédito? Maravillosas consecuencias de una investigación todavía en curso. Pero nada supera el haber conocido descendientes de aquella familia que vivió en Soutomaior entre 1910 y 1917. Sin duda el más puro y bello reflejo de aquellas siete vidas.

*Doctor en Historia. Autor del libro "María Vinyals. La mujer del porvenir" y comisario de la exposición '"Un sueño llamado Soutomaior: María Vinyals 1910-1917"'

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