"Es una actividad frenética los fines de semana. Pero también tenemos que estar algunos días para realizar la formación y mejora". Son las frases que se suelen escuchar en la zona que la Delegación Viguesa de Fútbol tiene para que los árbitros puedan desarrollar sus actividades. Según los datos oficiales, son 150 los árbitros que tienen como objetivo prioritario el que se puedan disputar los más de 400 encuentros que se disputan en la comarca durante el fin de semana. Es un desafío que se cumple a rajatabla, ya que las incidencias son escasas. Así lo desvelan los responsables federativos. De esos 150 árbitros, quince son mujeres. Una cantidad que ha aumentado de forma importante con respecto a anteriores temporadas.
El colectivo arbitral necesita, por lo tanto, de más componentes. Solo de esa forma se puede 'rebajar' el nivel de intensidad cada fin de semana. El Colegio Vigués de Árbitros, que abandonó la vetusta sede en la avenida de Balaídos para trasladarse a la sede de la Delegación Viguesa de Fútbol, realiza cursillos de manera frecuente y casi constante. En la actualidad se desarrolla uno al que asisten veinte personas.
Incorporarse al colectivo arbitral es sencillo. La clases son muy dinámicas. Para los que ya cuentan con algo de experiencia, se disponen sesiones especiales los lunes y los jueves en los que se tratan diversos aspectos. Algunos de ellos muy importantes, como la aplicación de las nuevas normas. El reciclaje, insiste los responsables del colectivo, es constante.
Las mejoras también han llegado en los últimos años con la incorporación de un preparador físico, considerado como otro elemento importante dentro de la preparación de un árbitro. Se quieren cuidar todos los detalles y ofrecer la mayor calidad posible. Los dirigentes de la Delegación Viguesa de fútbol señalan que ya no existen tantos problemas como antaño en los campos. "Puede existir alguno puntual, pero no tan graves como antes", dicen. El problema se solucionó con la ayuda de los clubes, que pusieron mucho de su parte para atajar cualquier peligro, y también las fuertes sanciones que se imponen en caso de agresión.
Uno de los desafíos para el futuro es que Vigo cuente con una buena representación de árbitros a nivel nacional. Aumentar su presencia supondría también el dotar de prestigio a un colectivo cuyos componentes también se consideran deportistas.
