Rosario Sinde Eiras nació en Caracas (Venezuela) hace 50 años, aunque es estradense de adopción, ya que sus padres emigraron al país sudamericano desde el Valle de Vea y ha disfrutado de varias estancias en el municipio pontevedrés. Su vida la compartió los últimos 30 años con el emigrante ourensano de Celanova Alfredo Paz Fernández, de 53 años y asesinado el pasado jueves. Un matrimonio feliz del que nacieron dos hijas, de 24 y 20 años de edad. Pese a la tragedia, tanto Rosario Sinde Eiras como sus hijas piensan permanecer en el país sudamericano, puesto que las tres nacieron allí y tienen su vida hecha en esas latitudes.

- ¿Cómo se enteró de la muerte de su esposo?

- A través de un amigo de él que vino a avisarme, ya que yo estaba en casa y ni hacía diez minutos que despedí a mi hija que se iba a la universidad. Una chica me dijo que en el ambulatorio había una furgoneta con un malherido y que debía ser un obrero. Me preocupé y llamé a mi primo, que era el socio de mi esposo en la finca de plátanos, y me vestí a toda prisa. En ese momento, llegó un amigo y me dijo que mi marido había fallecido. Salí corriendo gritando y diciendo que no podía ser. Intentaré superarlo poco a poco, pero es difícil porque tengo un dolor muy grande.

- ¿Tiene alguna novedad sobre la investigación que se está realizando para descubrir la autoría del asesinato?

- Todavía no sabemos nada. Estuve ayer -por el pasado lunes- en las instalaciones de la P.T.J. (Policía Técnica Judicial), que es la que lleva las averiguaciones, y por el momento no se sabe nada. En todo caso, creo que su muerte fue algo salvaje, ya que le dispararon en un costado perforándole el hígado, el riñón y parte de la arteria central, la aorta. Además, también le dieron en la frente, cerca de la sien, un golpe bastante fuerte que debieron realizar con otra pistola o algo así.

- ¿Sufrieron a lo largo de todos esos años en Venezuela un atraco o asalto similar al del pasado jueves?

- Mi marido y otros compañeros, una vez, viniendo con el camión del mercado -la víctima poseía con otro socio una plantación de plátanos de 25 hectáreas en Santa Cruz de Aragua-. Pero eso fue hace bastante tiempo y por lo demás teníamos una vida bastante tranquila, sin incidentes, acá en Venezuela.

- ¿Dónde se conocieron?

- Yo nací acá, en Caracas, pese a tener padres gallegos, de Santa Cristina de Vea, pero mi esposo llegó con 19 años. La primera vez que nos vimos fue en el centro de la Hermandad Gallega, pero nos casamos relativamente jóvenes, ya que yo tenía 20 años y él, 23. Estábamos a punto de celebrar nuestros 30 años de casados.

- ¿Visitaba mucho su tierra de origen y, en el caso de su marido, la de nacimiento?

- Sólo de vez en cuando, ya que siempre estábamos muy volcados en nuestro trabajo para poder ahorrar. Aún así, él visitó Galicia por última vez en el año 2002 y yo, en el siguiente.