Tribunales

Rafael Amargo, ante el juez: “No necesito ser narcotraficante, soy bandera y vanguardia en España”

El testimonio del bailaor, en la última jornada del juicio, y de los otros dos acusados, cierra el procedimiento en el que la Fiscalía le pide nueve años de prisión por "vender droga en su piso de Madrid"

Rafael Amargo durante el juicio por la supuesta venta de estupefacientes

PI STUDIO

Tamara Morillo

Tamara Morillo

“No soy narcotraficante, no tengo necesidad de dedicarme a otra cosa que no sean las artes escénicas, a lo que me he dedicado toda la vida y por lo que soy bandera y vanguardia de España". Rafael Amargo se dirigía así al juez de la Audiencia de Madrid. “Estoy aquí sentado por ser Rafael Amargo. Yo lo único que hago es regalar mi generosidad y arte y abrir mi casa a todo el mundo, no tengo prejuicios y quizá eso me ha traído problemas”. Con energía, sonriente y "muchas ganas, llevo callado cuatro años", Rafael Amargo se ha declarado inocente en su intervención en el juicio en el que la Fiscalía le pide nueve años de prisión. La fiscal considera probado que el bailaor se dedicaba a "vender en su propio domicilio sustancias estupefacientes de manera ‘persistente’ a terceras personas a cambio de dinero". Un ilícito negocio, dicen, que desempeñaba junto a su socio y productor Juan Eduardo S.B, al que piden los mismos años.

"No soy un narcotraficante... Han querido acabar con mi carrera. He estado a punto de quitarme la vida, han intentado matarme con este juicio", ha afirmado contundente.

Amargo siempre ha mantenido como principal defensa que la droga hallada tras el registro en su domicilio era para consumo propio. También hoy.

Asegura que no se lucró con la venta ilícita de sustancias. Afirma, una vez más, que su adicción le ha llevado ahí. “Ha habido una época en la que me he pasado un poquito y se me ha ido la cabeza, pero nunca en mi vida he traficado”. Rafael Amargo desmiente desde la primera a la última, las palabras de los investigadores del Grupo III de Estupefacientes de Policía Nacional. “Es incierto. Totalmente falso”.

El abogado de Rafael Amargo: "En mi opinión, esto parece un montaje policial"

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Tranquilo

La jornada, la última de un juicio que arrancó el pasado lunes, ha empezado cerca de las diez de la mañana. La cita estaba fijada a las nueve y media. Minutos antes llegaba Amargo custodiado por agentes de Policía Nacional.

Sonreía, miraba a la sala e incluso guiñaba un ojo (una vez más) a su familia, sentados a su espalda: "por fin puedo hablar, estoy contento".

En el banquillo, su lado, su productor (y dicen socio) Juan Eduardo S.B, que también se enfrenta a nueve años, y su hombre de confianza, apodado ‘el Cubita’, que ejercía, según la investigación, de mula o correo de la droga. "Un hombre para todo", de origen cubano, al que hoy piden 6 años de prisión.

'El Cubita' (M.A.), Rafael Amargo y Juan Eduardo S., acusados de vender droga en un piso en Madrid, en la priemra sesión de juicio.

'El Cubita' (M.A.), Rafael Amargo y Juan Eduardo S., acusados de vender droga en un piso en Madrid, en la priemra sesión de juicio. / Tamara Morillo

Los tres han negado los hechos por los que están sentados en el banquillo: "todo está lleno de incongruencias", "es mentira", "esto es un delito provocado". Los tres han afirmado ser consumidores de droga y han negado lucrarse con ello.

Módulo 13 de Soto del Real

"Hemos aportado pruebas que demuestran que (Rafael Amargo) tenía problemas de dependencia. Él está siendo tratado en el Módulo 13 del centro penitenciario de Soto del Real como drogodependiente" ha argumentado el abogado Marcos García Montes, encargado de la defensa del bailaor. El propio Amargo ha explicado que participa con otros 28 presos.

"Está siendo tratado en Proyecto Hombre, y hemos acreditado que era drogodependiente con un consumo severo de diferentes sustancias", repetía su abogado, Marcos García Montes.

"No hay ni una prueba de que mi defendido haya vendido estupefacientes. La droga hallada tras el registro de su domicilio es mínima, no llega al gramo”, esgrime García Montes. Amargo, durante el alegato, asentía y miraba de forma cómplice a su abogado.

Los grandes

"A mi casa no ha venido nadie en la vida a comprar", ha afirmado Rafael Amargo. "Cuando yo quiero (droga) me la traen, para mi consumo, a la mía".

En su defensa, Amargo ha añadido que muchos de los días en los que la policía afirma trasiego de gente, él no estaba en casa. "Las actas… El 22 de abril, por ejemplo, yo estaba en 'Pasapalabra'. Se graban tres programas en un día. Llegue a las once y media de la noche. Mi casa estaba cerrada".

En una declaración amplia, Rafael Amargo ha hecho referencia al momento en el que fue detenido.

"Cuando me detuvieron me dijeron: "Habla, venga, ¿quienes son los grandes? Yo recuerdo que contesto Paco de Lucía, Severo Ochoa, Camarón…. Yo que sé. Luego vi que se referirán a narcotraficantes. ¡Búsquenlos ustedes, no tengo ni idea!".  

Una lavandería y un espectáculo que financiar

El acta policial sostiene que, finalizado el registro en casa del bailaor, se aprehendieron tres botes de Popper (nitritos de alquilo), una bolsita con feniletilamina y un frasco con 6 ml de GBL, también conocido como falso éxtasis líquido.  En la de su productor, Juan Eduardo, los agentes hallaron más de 60 gramos de metanfetamina, el doble de lo considerado por el Tribunal Supremo como "de notoria importancia", además de Popper, GBL, ketamina y MDMA. La venta de esa droga iba a generar miles de euros de beneficio.

"Estábamos en pandemia. Todos los españoles hacíamos acopio de comida, de papel higiénico y los que se drogan... también de droga,", ha explicado Juan Eduardo. "Por eso tantos gramos".

Los investigadores consideran que Amargo formaba parte de un grupo dedicado al narcotráfico: lo componían dos personas, su productor, Juan Eduardo, y él. "Rafael Amargo no se dedicaba al baile sino a la venta de estupefacientes”, afirmaba en la primera de las cuatro jornadas que ha durado el señalamiento el inspector de policía que dirigió la investigación. La base de operaciones principal era el piso de Rafael Amargo, en Malasaña, corazón de Madrid. "Había mucho trasiego de personas". Asegura que todas, indudablemente, subían "al segundo", la casa de Amargo.

"El trasiego del que tanto han hablado aquí", explica Amargo, "es porque todo el montaje de Yerma se hace en mi casa“

"El trasiego del que tanto han hablado aquí", explica Amargo, "es porque todo el montaje de Yerma se hace en mi casa. Se ensaya, porque es texto, de Lorca, y se hace en una mesa.  Muchos eran actores, que no consumen y la policía los vio. Lo sabe".

"Con el covid está todo parado, me estoy dedicando a lo otro", asegura un policía que Amargo dijo en una llamada intervenida por orden judicial

El mismo investigador, instructor del operativo, ha afirmado que cree que Amargo y su socio traficaron para "financiar" el citado espectáculo, Yerma, la obra que versionaba el clásico de Federico García Lorca, en la que participó el bailaor.

La afirmación se basa tras análisis de las escuchas de sus llamadas, autorizadas previamente por el juez. En una de ellas, dicen, el bailaor confirmó sus sospechas: "Con el covid está todo parado, me estoy dedicando a lo otro", registra el informe policial.

"Eduardo era el productor y vimos que los dos (Eduardo y Rafael) estaban haciendo compras conjuntas (de droga) con el fin de obtener beneficios para financiar esa obra. En una llamada decían que para ello necesitaban unos 3.000”, afirmó el policía.

En este sentido, el productor ha matizado. "Fui uno de los productores artísticos, no ejecutivos. Es una barbaridad decir eso, no vale 3.000 euros. Una producción de Rafael Amargo en el Teatro de la Latina vale 120.000 mínimo". Juan Eduardo ha ampliado: "Yo no forme parte de la financiación, aunque también os digo, Amargo se vende solo no necesita narcotráfico". 

Los agentes han asegurado, bajo juramento, que Amargo y su productor Eduardo de Santos querían alquilar un local para distribuir droga, camuflándolo como una lavandería. Lo escucharon en otra conversación telefónica: sería una tapadera para no levantar sospechas, sin que sus nombres apareciesen en el contrato y, según la misma conversación, le dirían al dueño del local y a los vecinos "que iba a haber trasiego porque iban a venir personas de la obra con los trajes".

En este sentido tanto el bailaor como el productor ha asegurado que iba a destinarse como taller para guardar los trajes. "Son cuarenta personas las que trabajan con vestuario, estábamos en tiempo COVID, había que tener lavadora".

El bailarín y coreógrafo Rafael Amargo, tras su detención en 2020.

El bailarín y coreógrafo Rafael Amargo, tras su detención en 2020. / EFE/Luca Piergiovanni

Operación Corax

Había mucho trasiego de personas. “Un narcopiso”, describieron algunos vecinos, y se detectó un aumento de meta' en la zona. La incautación fue el culmen de la denominada 'Operación Corax (Cuervo)’, que los agentes de Policía Nacional apodaron así por una imagen de Amargo en su cuenta de Instagram en la que aparece el bailaor con unas alas. "Más bien ángel que otra cosa ….", arranca la publicación. "Tampoco pa beatificar al santo pero sí alas pa volar, las mismas mías si, las mismas de un querubín más que las de un diablín". 

Durante meses, se estableció un operativo de vigilancia. Los agentes, en diferentes fechas, identificaron a varias personas. Un cliente, que "había pillado meta" por valor de unos 45 euros y, otro, droga de diseño (3-metilmetcatinona). Son dos, aunque, afirman, hubo muchos más.

La operación policial incluía seguimientos, rastreos y escuchas telefónicas. Corax (o cuervo) concluyó el 1 de diciembre. En auto dictado por el Juzgado de Instrucción nº48 de Madrid se autorizó la entrada y registro a las viviendas de Rafael Amargo y su asistente. A finales de año, el bailaor, Juan Eduardo y el repartidor fueron detenidos. Rafael Amargo llevaba encima una báscula de precisión.

"Que finura", ha esperado el bailaor en la sala, mientras le mostraban la presunta báscula. "Pero esa no es la mía. Otro embuste". Amargo ha explicado que no era más que un llavero, "la llevaba porque va en las llaves", que sacaba "para hacerme el chulo y que no me engañaran cuando compraba".

"Rafael is innocent"

Inocente. Una de las frases más escuchada en la jornada de hoy y también en las cuatro que ha durado el juicio por parte del entorno del bailaor. Lo entona él, lo hace su defensa y lo ha hecho, llamada como testigo, Luciana Bogniano, su mujer. Fue detenida en 2020 junto al artista, pero finalmente exonerada.

En la sesión del miércoles contó que ambos eran consumidores, pero no vendían droga, y ha subrayado que el artista ha seguido tratamientos para su dependencia desde hace años. Lo dijo, verbalizó, y lo visualizó. Llegó una chaqueta con mensaje a la Audiencia Provincial.

Luciana con un blazer con letras escritas: 'Rafael is innocent'

Luciana con un blazer con letras escritas: 'Rafael is innocent' / /

"Rafael tenía picos, unas veces consumía poco y otras demasiado", ha dicho Bongianino, que afirma que eran consumidores -no traficantes- ambos.

En prisión

Tras su detención, Amargo, su socio y su repartidor ('el Cubita') quedaron en libertad a la espera de juicio. Fueron meses convulsos, incluso se produjo una segunda detención. Amargo, en libertad con cargos, estaba obligado a comparecer cada 15 días en sede judicial y con la prohibición de salir del país.

El bailaor no comparecía cada quince días, tal y como le exigía la justicia y por ello la Audiencia Provincial de Madrid ordenó su ingreso en prisión.

"He faltado y he faltado. Me equivoqué y quiero pedir perdón. Estoy en la cárcel por imbecil", aseguraba. "Tenía que haber venido a firmar. Lo que es mío me lo como, fue un error y lo siento". 

Fue conducido a Soto del Real en noviembre de 2023. No ha salido hasta ahora para dar su versión ante la ley. “Soy inocente y se me ha machacado", reitera.

Los tres acusados piden la absolución. “No hay pruebas que demuestren por lo que están siendo investigados”, coinciden los abogados. “Un operativo en el que se recogen solo dos actas y nadie dice el origen, nadie dice donde compra la droga. Esto huele a podrido”, concluía García Marcos, que hasta la resolución ha pedido la libertad provisional inmediata de Amargo. "Visto para sentencia", concluye el juez. "Toca esperar", comentaba el círculo del bailaor tras las palabras del juez. "Es inocente, estamos esperanzados".