La Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra condena a 9 años de prisión a Miguel Rosendo fundador de los "Miguelianos", por abusos sexuales a una de las adeptas desde que era menor de edad. La sentencia le considera autor de un delito de abuso sexual continuado con prevalimiento y penetración y le impone orden de alejamiento de la víctima y de comunicarse con ella por cualquier medio por tiempo de 10 años superior al de la pena impuesta. La sala absuelve a Miguel Rosendo de los delitos de agresión sexual y abuso sexual continuado a otras dos integrantes de la asociación. También le absuelve de los delitos contra laintegridad moral, coacciones, lesiones contra los derechos de los trabajadores, estafa y apropiación indebida continuados que le imputaban la Fiscalía y la acusación particular.

El resto de los procesados con el fundador de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, disuelta por el Obispado tras descubrirse los hechos, han sido absueltos.

El fiscal pedía 66 años de cárcell fiscal pedía 66 años de cárce para Miguel Rosendo da Silva, líder de la organización, por un delito de asociación ilícita, doce contra la integridad moral, cinco de coacciones y tres contra la libertad sexual: uno por agresión sexual continuada y dos por abuso sexual continuado.

El pasado 30 de noviembre el largo juicio por este caso tocaba a su fin después de 30 sesiones. Por la Audiencia habían desfilado 118 personas, entre testigos y peritos.

Rosendo, apartado de la Iglesia

La Diócesis tuvo conocimiento de unas supuestas "irregularidades" en diciembre de 2012 y para comprobar su veracidad nombró a un visitador canónico. La Iglesia se basó en el informe de este visitador canónico para apartar cautelarmente a Miguel Rosendo por su "conducta moral", y no fue hasta que estalló el escándalo cuando retiró su apoyo a esta organización y a su derivada, llamada Serviam, que se había establecido en Madrid.

Miguel Rosendo fue detenido en 2014 en la localidad madrileña de Collado Villalba tras registrar la Guardia Civil la vivienda en la que habitaba.

De una herboristería del Calvario a líder de los "Miguelianos"

El origen de La Orden y Mandato de San Miguel Arcángel se remonta a hace casi dos décadas, en 1995, cuando el vigués Feliciano Miguel Rosendo Da Silva, que regentaba una herboristería en el Calvario, galvanizó los ánimos de un grupo de amigos y fundó un coro religioso. Según detalla su biografía en la editorial católica San Pablo, a los pocos meses formaban ya un grupo de más de sesenta personas, que poco a poco fueron implicándose en otras actividades de ayuda al prójimo, con niños, con enfermos y con mayores, haciéndose visibles también en la recogida de víveres para el Banco de Alimentos.

Recuros

La abogada Beatriz Seijo ha confirmado a Europa Press que se encargará de elaborar el recurso de casación ante el Tribunal Supremo al no compartir el delito del que se acusa a Miguel Rosendo, que agotó los cuatro años de prisión provisional y lleva menos de un mes en libertad provisional.

Por su parte, la abogada de la acusación particular, Ana Reguera, ha manifestado a Europa Press que, a falta de reunirse con sus defendidos, "diría que sí" presentarán un recurso ante el Supremo al no compartir la percepción del tribunal "de que la prueba no es suficiente" para la condena.

En una primera valoración de la sentencia, Beatriz Seijo, que representaba a dos de las acusadas que han resultado absueltas, ha sostenido que sigue sin otorgar "credibilidad" al testimonio de A.L.S., la única víctima reconocida por el tribunal.

"En estos delitos se valora la credibilidad de esa víctima", ha precisado Seijo, que ha destacado "el gran trabajo" realizado por las magistradas durante las treinta sesiones que duró la vista oral y ha apuntado que "a la acusación particular no le estiman nada" de lo que reclamó.

Asimismo, Seijo ha sostenido a Europa Press que la sentencia es "muy dura" con los relatos sexuales de otras presuntas víctimas pues se apunta a "finalidades espurias" de algún testimonio y a versiones que "carecen de consistencia".

Hechos probados

El fallo notificado hoy sostiene que Feliciano Miguel Rosendo mantenía una relación muy cercana con la víctima, por su posición de "bastón" en el organigrama de la Orden a quien asistía y por quien sentía una admiración especial, habiéndose convertido en su auténtico padre y su mejor amigo, circunstancia que aprovechó el acusado para satisfacer sus deseos sexuales y en concreto con este ánimo libidinoso, en el periodo comprendido entre el año 1996 y el año 2012, realizó distintos hechos.

Así, cuando la joven tenía unos 9 años, en la consulta que tenía el acusado en su herboristería, la auscultó. Al llegar a la zona del pecho le realizó tocamientos al tiempo que le decía que le tocaba ahora porque de mayor no le iba a dejar.

Cuando contaba con unos 14 años, en casa madre -en Oia-, como quiera que se había enamorado de un chico, era su primer amor y sufría y lloraba por una carta que había recibido de él, Rosendo tras decirle que había metido la pata, que se había ensuciado, le mandó pasar a una habitación y le dijo que se desnudase, se pusiese sobre la cama y cerrase los ojos, y le mandó levantar las nalgas y abrir las piernas, notando la adolescente como una fricción de manos.

También con 14 años, cuando dormía con la hija del acusado, discapacitada física y con la que la víctima tenía una especial relación de amistad, por la noche y con ambas acostadas en una cama de matrimonio, en varias ocasiones, después de dar un beso a su hija y cerrar la puerta, Feliciano Miguel se ponía de rodillas en el suelo al lado de la joven y le tocaba los labios, el pecho, y ahí por primera vez también le tocó los genitales.

En la época en que la víctima vivía en casa madre y estudiaba segundo de bachiller, cuando contaba con 17-18 años, en varias ocasiones, en la consulta le mandaba desnudar y acostarse y ponerse de costado en una cama individual y colocándose el acusado detrás le tocaba los pechos y los genitales y le mandaba masturbarle y hacerle felaciones, mientras él le sujetaba la cabeza.

Hacia el mes de junio del año en que la chica había cumplido los 18 años, en Ourense, donde estaban rehabilitando una casa parroquial, el acusado enfadado porque ella había retirado un cartón de tabaco ya que este estaba dejando de fumar, la agarró por el cuello y la llevó contra la pared y se fue. Volvió al rato, le mandó desnudarse, la puso en la cama, se colocó un preservativo y la penetró vaginalmente por primera vez, quedando la víctima que entonces era virgen paralizada.

El tribunal considera que no ha quedado acreditado que Feliciano Miguel mantuviese las relaciones sexuales inconsentidas que se le atribuyen con otras dos mujeres de la asociación. Tampoco consta para la sala que se hayan realizado los actos vejatorios y humillantes, con ánimo de quebrantar la resistencia física o moral de las víctimas que se le atribuyen por las acusaciones.

La sentencia sostiene que "Orden y Mandato de San Miguel Arcángel" (OMSA) se financiaba y atendía a su mantenimiento y necesidades primarias fundamentalmente a partir del pago voluntario de cuotas por parte de los miembros en cuantía no exactamente determinada de 15/20 € y donaciones voluntarias que no consta que atendiesen a otra finalidad distinta ni que se incorporasen al patrimonio del condenado.

No se ha acreditado tampoco que integrantes de la asociación se hayan visto sometidos a condiciones laborales o de Seguridad Social que perjudiquen, supriman o restrinjan los derechos que tengan reconocidos por disposiciones legales ni en condiciones precarias, al margen de cualquier norma de seguridad e higiene en el trabajo ni siquiera que las condiciones de los trabajos que se desempeñaban dentro de la asociación fuesen impuestas por Rosendo.

Así se gestó la asociación

Feliciano Miguel desempeñaba su actividad laboral en diversas herboristerías de Vigo cuando en 1997 decide fundar una asociación cristiana dedicada a la animación litúrgica de las eucaristías por medio de un coro y a las representaciones teatrales de carácter religioso. Tal idea se fue fraguando en las reuniones, de asistencia voluntaria, que a la finalización del horario comercial se celebraban y en las que se impartían charlas sobre temas religiosos, se trataban problemas personales y se concertaban diversas actividades, sin que conste se seleccionase a los asistentes ni que se utilizasen por el acusado técnicas de adoctrinamiento engañosas o de deformación de la realidad como señuelo.

El día 25 de julio de 2003, el Ministerio de Justicia admite en el Registro de Entidades Religiosas la asociación privada de fieles "Grupo San Miguel Arcángel", tras el reconocimiento por la autoridad eclesiástica, Obispo de Tui-Vigo. Casi un año después, 25 personas miembros del grupo se consagran como laicos y se avanza hacia la creación de una estructura legal más consolidada. Es entonces cuando algunas personas más cercanas a Feliciano Miguel se asientan de manera permanente en la denominada "casa madre" sita en Mougás.

En el periodo 2005/2006 surgen en el grupo las primeras vocaciones de "especial consagración" que, de manera voluntaria y libre, empiezan a vivir en comunidad religiosa, masculina y femenina, en la casa Mougás con dependencias separadas y apartados de los laicos, que se trasladan, primero a una finca colindante y después a los terrenos adquiridos para la construcción de sus viviendas.

A partir de 2009 los consagrados trasladan el reglar al convento de Vilariño, propiedad de la Diócesis de Tui Vigo, que se usaba desde el año 2005 por el grupo, que había rehabilitado y acondicionado. En la denominada casa madre permanecen algunos consagrados casados y con hijos y las dos personas encargadas de la atención personal de Feliciano Miguel, a las que se denominaba "bastones".

Desde el año 2002 el grupo contó con un asistente eclesiástico. En diciembre de 2012 se inicia por el Obispado una investigación y se nombra a tal efecto un Visitador Canónico y dos años después aparta temporal y cautelarmente de la Orden a Feliciano Miguel. Se cierra entonces el Reglar de San Antonio de Vilariño al causar baja en la Asociación las consagradas miguelianas que allí habitaban.

En 2014 se procede a la detención de Miguel Rosendo.