Los "Bonnie & Clyde" lusos detenidos a finales de julio en Vigo y a quienes se atribuyen una oleada de cinco robos en apenas tres días a bordo de una furgoneta robada, abandonaron ayer la cárcel de A Lama, donde se encuentran en prisión provisional, para volver a los juzgados vigueses donde se tramita la causa. En esta ocasión ambos se sometieron a ruedas de reconocimiento. Tras un cristal, para que ellos no los vieran, se encontraban las víctimas que una pasaron para intentar identificarles.

La grabaciones de las cámaras de seguridad de las gasolineras y una de las testigos, que los reconoció tras el cristal, permitieron identificar a la pareja formada por un hombre de 31 años y su novia, al parecer polaca, como los autores de la oleada de robos del pasado mes de julio.

La pareja ha admitido dos robos de bolsos en plena calle, si bien aseguran que ni fueron con fuerza pues no tiraron violentamente ni llegaron a tocas a las víctimas, así como que se fueron sin pagar en dos gasolineras, dejando a deber en una 20 euros y 5 euros en otra. Una versión muy distinta a la de los agentes de la Policía Nacional que les arrestaron y a quienes trataron de embestir con la furgoneta para escapar. Respecto al vehículo aseguran que desconocían que fuera robado y que se lo prestó un amigo en Portugal, que inicialmente iba a acompañarles en su viaje a Vigo, y a quien pagaron 200 euros por el "alquiler".

Los investigadores, que lograron interceptarlos y detenerlos en pasad 26 de julio, sostienen que el botín que buscaban eran bolsos y dinero. En concreto se les atribuye un robó con tirón en la calle Sanjurjo Badía a una señora, desde el asiento de la furgoneta con matrícula portuguesa que se dio ala fuga. A los pocos minutos el 091 recibía el aviso de otro robo en Montecelo Alto. La víctima era otra mujer que acababa de estacionar su vehículo cuando le abrieron al puerta cogieron el bolso y huyeron en la misma furgoneta. Al momento se recibió un tercer aviso de un robo en una gasolinera, donde forzaron la caja y se llevaron la recaudación aprovechando que la dependienta no estaba en ese momentos.

El despliegue de la policía local permitió localizar la furgoneta en un callejón sin salida con sus ocupantes dentro. La pareja trató de huir embistiendo en varia ocasiones el coche patrulla. Un agente trató de retirar las llaves de la furgoneta y el ladrón le golpeó. Otro policía aprovechó el momento para colarse por la ventana del copiloto, apagar la furgoneta e inmovilizar a la pareja.

Dentro del furgón se intervinieron seis teléfonos móviles, navegadores, bolsos y diversas documentación. En la investigación se descubrió que también eran protagonistas de un robo con violencia en Samil días antes, un robo con fuerza a un repartidor en la calle Menéndez Pelayo y de un impago en un establecimiento de Vigo.