El "stalking", que significa acecho, fue un nuevo delito que se introdujo en el Código Penal tras la reforma legal de 2015. Una figura para castigar el acoso, el hostigamiento obsesivo. La pena que se contempla es prisión (de 3 meses a dos años) o multa. El Tribunal Supremo se pronunció por primera vez en 2017 sobre esta conducta, determinando que para ser delito requiere continuidad en el tiempo y una alteración en la vida cotidiana de la víctima.