Diego, el menor y autor confeso de la muerte de Leticia Rosino en Castrogonzalo, atacó a la mujer impulsado por un violento ataque de ira, pero no la agredió sexualmente según confesó y según recoge el informe forense preliminar que, a expensas del resultado de las pruebas de toxicología que resultarán definitivas, no detectó en la autopsia indicios externos de intento de violación. Así consta en la instrucción del sumario.

El menor negó la agresión sexual y dijo haber actuado por un arranque de violencia bruta, por una descarga de ira, reconoció asintiendo cuando le preguntaron. Diego estaba tendido en la cuneta, sobre la hierba, alejado y despreocupado del rebaño de ovejas paterno. Leticia pasó caminando por la acera junto a la cuneta, la asaltó por detrás apresándola con el antebrazo por el cuello y tapándola la boca con la mano.

El chaval, pese a la complexión de Leticia, fue capaz de forzarla a recorrer forcejando casi 50 metros junto al perímetro de la pista de tenis. Al final, Leticia perdió las zapatillas intentando zafarse del joven a patadas. Detrás de la pista deportiva, el muchacho la golpeó con una piedra en la cabeza. Luego la siguió desplazando y golpeando hasta que acabó con su vida. Finalmente le arrancó una prenda de vestir, envolvió con ella la última piedra que había utilizado y la lanzó lejos, arrojó el cuerpo por el barranco, entre la vegetación, y se lavó las manos en un abrevadero de ganado cercano.

El padre de Diego reapareció por el mismo camino por el que había bajado al Hostal Paradores cuando ya se había consumado el crimen. No vio al chaval y lo llamó a voces. Al principio no contestó. El padre se fue acercando hasta el tractor y vio aparecer a su hijo detrás del vehículo junto al vallado cubierto de brezo de la pista de tenis. Ambos coincidieron en este extremo en sus declaraciones. El padre se fue con el vehículo tras ordenarle que regresara al pueblo y el chaval recogió las ovejas y volvió a Castrogonzalo. La cámara de vigilancia volvió a grabar la imagen del joven, esta vez regresando apresurado.