Segunda sesión del juicio contra el acusado de arrojar a su mujer por la ventana en el Calvario. Esta mañana, los policías locales que auxiliaron a la víctima reiteran que ella repetía: "Tiróume meu marido". Fueron cuatro los agentes que acudieron al inmueble alertados por un vecino. Dos subieron por las escaleras y dos en ascensor.

Cuando subieron a la vivienda, el acusado Alberto Javier Viéitez González les abrió la puerta y extendió las manos para que lo esposaran. "Deténganme, yo no hice nada; se tiró ella", les dijo.

El hombre, según relataron, no colaboró. No respondía a lo que preguntaban, sino que decía que ella quería envenenarla y les mostró pastillas de jabón de lavadora. Les dijo que le hicieran un análisis y lo verían.

La secuencia de los hechos

Cuando llegaran a la vivienda no se oía nada. Hablaron con el vecino que explicó que había una fuerte discusión y que oía quejidos esporádicos de una mujer. Bajaban las escaleras cuando oyeron un fuerte golpe, como una puerta, y quejidos. En el exterior, en la parte trasera del edificio, encontraron a la víctima.

Tenía mucho dolor pero no perdió la consciencia. Vestida con abrigo y con voz débil, decía: "Tiroume o me marido". Les comentó que tenía un hijo en Salceda y contestaba de forma coherente. Inicialmente, los agentes creían que la habían tirado por unas escaleras mecánicas próximas. Hasta que les indicaron que vivía en el tercer piso y, al levantar la mirada, vieron una ventana abierta y desencajada.

Al subir les abrió el acusado en pijama. Sabía lo ocurrido y dijo que la mujer se había tirado sola. No preguntó por ella ni por su estado de salud. La ventana por la que se precipitó la víctima estaba en el lavadero y la puerta del lavadero estaba cerrada desde la parte exterior, según uno de los agentes. Solo el salón estaba revuelto. Como si hubiera habido una pelea. Al lado de la puerta del lavadero encontraron una lámpara de pantalla tirada en el suelo.

Junto a la puerta de la calle se localizó un pendiente de oro de la mujer. La ventana por la que se precipitó apenas se abre unos 70 centímetros. Estaba desencajada y la mujer era menuda, pesaba apenas 50 kilos.

Autopsia

La autopsia ha determinado, según el fiscal, que la mujer presentaba lesiones propias de la caída, pero también hematomas y signos de sofocación pro ahogamiento, lo que en su opinión indica que trató de asfixiarla antes de tirarla. En todo caso, el Ministerio Público considera que el acusado tenía anuladas sus capacidades volitivas y cognitivas, pues sufría delirio persecutorio al creer que su mujer le estaba envenenando para quedarse con unos 20.000 euros de la venta de un piso que había heredado. Le aplica la eximente de enajenación mental y pide que sea internado en un centro psiquiátrico por un tiempo máximo de 15 años.

La representación del hijo de la víctima y de la Xunta piden prisión permanente revisable al estimar que se trata de un asesinato. Sostienen que "no solo le causó la muerte, sino también sufrimiento pues primero intentó asfixiarla y después la tiró por la ventana para asegurarse el resultado de muerte".