Tres años y medio después de salir de la cárcel debido a una condena por dos asesinatos y 18 agresiones, el "violador del ascensor" entró ayer de nuevo en prisión por cuatro violaciones cometidas supuestamente mientras estuvo en libertad, periodo en el que, según la Policía, hubiera sido "ilegal" vigilarle.

Los agentes buscaban a un violador desde diciembre de 2016, cuando una joven interpuso la primera denuncia tras ser abordada en las inmediaciones del hospital a punta de pistola, amordazada, maniatada y traslada en coche hasta Segovia, donde fue violada para luego ser devuelta al lugar de origen.

En los cinco meses siguientes otras tres jóvenes -todas de unos 20 años- interpusieron denuncias, una de ellas por violación consumada y las otras dos por intentos, y la Policía tuvo claro que estaba ante un delincuente en serie, dando prioridad a esta investigación y logrando finalmente identificar al agresor.

Era Pedro Luis Gallego, el temido "violador del ascensor", que había salido de prisión en noviembre de 2013 gracias a la derogación de la Doctrina Parot -en virtud de la cual tenía que seguir encarcelado hasta 2022- y había rehecho su vida en Segovia.

"Monstruo"

Este "monstruo", en palabras del jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández, "reaccionó como un detenido normal, sin hablar, encerrado en sí mismo" y sin colaborar en absoluto con los agentes.

Sobre la posibilidad de que la Policía le tuviera vigilado de alguna forma desde que estaba libre para evitar que volviese a atacar, Fernández precisó que se trata de "una persona que había sido puesta en libertad y sobre la que no cabía aplicar ninguna medida extraordinaria".