Los accidentes con ciclistas implicados están siendo una constante este año en los viales de la provincia pontevedresa, especialmente en la comarca viguesa. El 2017 arrancaba de forma trágica, debido a la muerte el 1 de enero de uno de los deportistas que integraban el pelotón arrollado en marzo de 2016 en la PO-552, carretera que comunica Baiona y A Guarda. El fallecimiento de Diego Freiría, tras nueve meses en coma profundo, elevaba a dos las víctimas mortales de ese siniestro en el que el conductor octogenario que guiaba el todoterreno causante del mismo está en calidad de investigado en una causa judicial que sigue en fase de instrucción. Y hace solo una semana se registraba otro atropello que también ha derivado en una investigación judicial: la abierta al automovilista de 82 años que arrolló mortalmente a un ciclista en Poio.

Uno de los primeros accidentes de este año se registraba el 8 de enero en la PO-552 en Oia, cuando un conductor de 74 años de edad se dio a la fuga tras causar una caída a un miembro del Club Ciclista Gondomar, al hacer un cambio de sentido en línea continua. La escena fue grabada y las imágenes se convirtieron en virales en las redes sociales. La Guardia Civil de Tráfico denunció al automovilista por realizar una maniobra antirreglamentaria.

La PO-552, de nuevo en Oia, volvía a registrar otro accidente el 15 de enero. Tres ciclistas resultaban heridos al ser arrollados por un turismo a la altura de la parroquia de Viladesuso. El conductor, de avanzada edad, salió de una intersección para incorporarse a la vía y, posiblemente por un despiste, se llevó por delante a los deportistas. Tres fueron trasladados a un centro médico en estado leve y otros miembros del pelotón fueron asistidos en el mismo lugar por magulladuras de escasa consideración.

Y otra vez la PO-552 era escenario de otro accidente el 22 de enero, en Tomiño. En esa ocasión no fue causado por ningún automovilista: la causa fue un bache de hormigón existente en el arcén que provocó que seis deportistas de la veintena que formaban el pelotón, del club porriñés Máster de Louriña, cayeran al suelo. Dos precisaron atención hospitalaria.

El 12 de marzo, cuando se cumplía un año del atropello mortal de A Guarda, un conductor de 69 años arrollaba a tres deportistas y a un peatón presuntamente tras una distracción al volante en Gondomar. Fue en la PO-331 en Vincios. Los heridos tenían entre 17 y 23 años.

Y ya en abril, concretamente esta día 9, se producía el accidente más grave en lo que va de año en la provincia pontevedresa. Un conductor octogenario alcanzó con su vehículo en Poio a dos ciclistas, uno de los cuales, de 36 años, falleció. Al automovilista se le está investigando como presunto autor de un delito de homicidio imprudente. En Vigo, el 10 de abril, un ciclista resultó con lesiones leves tras ser arrollado por un conductor que dio positivo en drogas. Y este Viernes Santo ocurrieron los siniestros con heridos de Canido (Vigo) y Salceda de Caselas.