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Una desaparición que cumple 70 días inmersa ahora en un avance crucial

El resurgir del caso Diana Quer

Aunque los primeros análisis no detectan huellas ni ADN, las expectativas están puestas en la memoria interna del Iphone de la joven -También parece previsible que haya nuevas batidas

Dos mariscadoras ante el puente de la autovía en Taragoña bajo el cual se encontró el teléfono. // Iñaki Abella

En punto muerto. En un callejón sin salida. La investigación emprendida por la Guardia Civil para dar con el paradero de Diana Quer llevaba semanas sin sumar avances significativos. De lo poco que se sabía de forma irrefutable era que la madrugada de aquel 22 de agosto en que se vio por última vez a la madrileña, la chica se había movido en un vehículo por la autovía do Barbanza desde A Pobra, donde había estado en las fiestas con amigos, hasta Taragoña (Rianxo). ¿Con quién? ¿En qué circunstancias? ¿En qué coche? Estas preguntas continúan sin respuesta. Pero esta semana el caso recibió un importante impulso. Porque efectivamente allí en Taragoña, debajo de un puente que ya formaba parte del escenario que manejaban los agentes, apareció el teléfono móvil de la joven. El Iphone 6 blanco del que hasta su desaparición apenas se separaba ha dado aliento a las pesquisas. Y los investigadores no han perdido el tiempo. Desde ese jueves en que un mariscador casualmente dio con esta pista clave, expertos de distintos campos del Instituto Armado trabajan en Madrid, en el Servicio de Criminalística, para diseccionar el terminal. Una autopsia tecnológica en la que no se escatiman esfuerzos con la esperanza de que aporte datos que permitan esclarecer un misterio que ya dura demasiado tiempo: el de dónde está y qué le ocurrió a esta joven.

Hoy se cumplen 70 días sin Diana. Fue poco antes del mediodía de la jornada 67 cuando un mariscador sacaba casualmente a la superficie, entre su aparejo, la que se ha convertido en la primera pista material de las indagaciones. Y con la aparición del móvil se certificaban las sospechas de que allí, en Taragoña -convertido en epicentro del caso desde que las antenas de telefonía dibujaron el trayecto de la joven aquella madrugada-, ocurrió algo que marcó el destino de Diana.

El móvil es ahora la clave. Los primeros análisis realizados, señalaba ayer el diario ABC, no han permitido hallar huellas ni restos de ADN en su parte exterior del smartphone, dañado no sólo por los golpes y daños físicos que presenta -que podrían haber sido causados a propósito-, sino especialmente por el efecto del agua salada durante los más de dos meses que se presume que estuvo sumergido y entre fango. Aunque como afirmaba estos días un experto "la ciencia y la tecnología siempre pueden sorprender", estos resultados negativos eran previsibles por el paso del tiempo y esa corrosiva salitre.

Pero la esperanza que tienen desde el primer día los especialistas está en el interior, en el corazón, de ese dañado Iphone que Diana tanto utilizaba para enviar wasaps, sumergirse en redes sociales y fotografiarse con familia o amigos. Se trata de la memoria interna, o lo que técnicamente se conoce como memoria flash NAND, que sería al teléfono lo mismo que un disco duro a un ordenador. Expertos de diferentes ámbitos consultados por FARO coinciden en que, pese al tiempo que llevaba en el fondo de la ría, con la tecnología adecuada sería posible recuperar al menos parte de la información que hay en esa zona vital del aparato: mensajes de WhatsApp, fotos, vídeos...

De los primeros datos que se conocieron sobre la investigación tras desaparecer Diana fueron aquellos inquietantes mensajes que la madrileña envió aquella madrugada desde A Pobra a un amigo -apenas una hora y media antes de que su móvil se apagara para siempre- en los que avisaba de que se estaba "acojonando" porque un "gitano" la llamaba y le decía "morena ven aquí". Ahora serán los agentes los que, si la tecnología se alía, resucitarán ese teléfono. Quizás haya mensajes, fotos u otro tipo de información de aquella noche o de jornadas anteriores que puedan ofrecer el hilo del que tirar para resolver el enigma de esta desaparición.

Puente

Junto al teléfono, el hecho de que se haya encontrado bajo el puente de la autovía en Taragoña también apunta a un escenario en el que algo ocurrió. El teléfono pudo haber sido arrojado desde un vehículo que circuló por ese puente, próximo al muelle donde testigos dijeron haber visto a Diana bajarse de un coche para subir a otro. ¿Está allí, en ese lugar de Rianxo, la clave de todo? Parece probable que haya nuevas batidas en busca de pistas que aclaren el misterio.

"El agua salada es el peor enemigo de la electrónica"

Expertos explican las dificultades y claves de la labor para recuperar un teléfono dañado

  • De nuevo la tecnología resulta clave para buscar respuestas a la desaparición de Diana. Ahora se trabaja con ella en el laboratorio central de Criminalísitica de la Guardia Civil en Madrid. El teléfono móvil de la joven es el protagonista indiscutible. ¿Cuáles son las claves de este trabajo? ¿A qué dificultades se enfrentan los agentes a los que se confió la labor? Especialistas en la materia responden a las preguntas planteadas por FARO.| ¿Qué datos aporta un móvil? El trabajo es "arduo y complicado", pero con la maquinaria y técnicas adecuadas se puede recuperar el historial de llamadas, así como fotografías, vídeos, SMS o conversaciones de WhatsApp. Sobre estos últimos elementos, Isaac Martínez, técnico electrónico en telefonía móvil de Impextrom y Ovisat, con sede en Vigo y Oviedo respectivamente y que colaboran en periciales judiciales, afirma que se puede obtener "el 90%" de los contenidos existentes, incluso mensajería o imágenes que hubiesen sido borradas. Las fotos, además de la propia imagen, aportan el dato de dónde y a qué hora fueron tomadas gracias al GPS.| ¿Qué daños causa el agua salada? "El agua salada es el peor enemigo de la electrónica", describe Isaac Martínez. Fernando Isasi, profesor de la Escuela de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo, también resalta lo "agresiva" que resulta, ahondando es que es "más corrosiva" que el agua dulce. De forma inmediata, una vez el teléfono se arroja en agua salina, hay "cortocircuitos instantáneos" que "inutilizan" el terminal. Y, como si fuese un ácido, va "comiendo" los componentes. La clave sin embargo es que no afecte a la memoria interna, la memoria NAND: el silicio con el que este elemento está hecho y la resina que entra en juego en la maquinaria interna de un teléfono la tienen más resguardada del agua. Prudentes, los expertos creen que, pese a las adversidades, la Guardia Civil podrá recuperar información en el caso Diana. Martínez explica que en su empresa hicieron pruebas con placas base de móviles sumergidas hasta un mes en agua salada: "Recuperamos entre un 65 y 70% de datos".| ¿Qué es la memoria interna? Ahí está la información que se busca. Es al teléfono lo que un disco duro a un ordenador.Hay que extraerla y confiar a la tecnología el volcado, descifrado y lectura de su contenido. Los passwords, las contraseñas, creen, no deberían ser problema una vez logrado "lo más difícil".

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