La última operación de la Guardia Civil puede ser difícil de digerir para muchos pontevedreses después de que sepan que pudieron consumir churros cocinados en unas condiciones higiénicas lamentables. Agentes del Seprona de la Guardia Civil de Pontevedra clausuraron un obrador de churros, supuestamente clandestino y ubicado en el centro de la ciudad, que presentaba graves deficiencias higiénico sanitarias.

Las investigaciones se iniciaron en noviembre cuando se tuvo conocimiento de la existencia de este local en la zona de Campolongo, sin rotulación comercial alguna, en el que se hacían churros para sudistribución y venta a establecimientos de hostelería de la ciudad. Se coordinó un operativo conjunto con inspectores de Sanidade. En el obrador se descubrió las condiciones lamentables en las que se preparaban los churros: sin ningún tipo de control sanitario, con "deplorables condiciones higiénico-sanitarias".En la mesa donde se hacía la masa había raticida y heces de roedores.