Circulaba dando bandazos y golpeando las barreras de protección de la autovía A-52, en sentido Benavente, cuando a la altura del kilómetro 259, cerca de Ribadavia, agentes de la Guardia Civil de Tráfico dieron el alto al infractor. En la prueba de alcoholemia que se le realizó nada más detenerlo arrojó un resultado positivo de alcohol en sangre (1,10 mg/l) que cuadruplicaba el máximo permitido.

El responsable, un conductor de nacionalidad polaca que iba al volante de un furgón de matrícula francesa, fue detenido por incumplir más de un delito contra la seguridad vial.

Conductores y usuarios de la autovía dieron la señal de alarma a las centrales del 112 y del 062 nada más comprobar los volantazos que daba el conductor de origen polaco. Tráfico estableció un amplio dispositivo de búsqueda del infractor, que fue localizado poco después de las 8 del domingo.

Según la Guardia Civil, en un primer momento el conductor hizo caso omiso a las órdenes de los agentes de Tráfico, que llevaban activados los sistemas especiales luminosos y acústicos de las motocicletas, ignorándolas por completo debido, entre otros, a su estado de embriaguez.

Este tipo de delito puede ser castigado con penas de entre 3 a 6 meses de cárcel además de la suma de una multa que oscila entre 6 y 12 meses de cárcel que pueden ser recurridas mediente trabajos comunitarios de 31 a 90 días. Además no podrá conducir por un periodo de entre 1 y 4 años.