Un septuagenario acusado de intentar matar a su expareja tras ser sorprendido encapuchados y armado con dos cuchillos oculto en las proximidades del lugar de trabajo de la víctima en noviembre de 2013 en Outes (A Coruña), negó ayer los hechos ante el tribunal que le juzga en la Audiencia de A Coruña y ha manifestado que solo quería suicidarse delante de ella. No obstante, también admitió que había puesto un anunció ofreciendo 6.000 euros por un "trabajo especial" y cuando el fiscal le preguntó si pretendía contratar un sicario par matar a su mujer, replicó "era para poner el tejado de la casa". Un guardia civil que declaró como testigo confirmó que, en el coche del procesado encontraron un sobre que ponía "dinero para contratar a un sicario". La Policía portuguesa, además, les alertó de que el acusado había intentado comprar un arma de fuego.

Aunque José Benito M.R. aseveró que "nunca intenté hacerle daño", la víctima manifestó que, con anterioridad, ya había intentado matarla con una escopeta y que la seguía desde que ya no estaban juntos, pese a la orden de alejamiento que tenía.

El fiscal, en su calificación, sostiene que el 17 de noviembre de 2013 el acusado esperó a la víctima a una distancia inferior a 1.000 metros del lugar de trabajo de ésta, ocultó en unos árboles. Entonces, según el Ministerio Público, no hizo nada al ver que iba acompañada de su hermano y una vecina. Tras pasar la noche en el mismo lugar, según el relato de la acusación, la esperó ocultando su rostro con un pasamontañas tras "un maizal sito a cinco metros de la puerta del lugar de trabajo".

El procesado, José Benito M. R., solo ha admitido que quebrantó la orden de alejamiento; pero negó que hubiese intentado matarla. "Yo me quería suicidar delante de ella", reiteró el acusado, que explicó que compró los cuchillos en Portugal "para cortarse" el cuello.

Un agente de la Guardia Civil confirmó que, al verlos, cuando fueron alertados por un familiar de la mujer, el hombre intentó autolesionarse con el cuchillo. Un médico que lo atendió en urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) ha precisado, sin embargo, que tenía heridas "superficiales".

En cuanto a su expareja, la víctima ha asegurado que le llegó a decir que él saldría de la cárcel y ella "iría al cementerio". En sus conclusiones, la Fiscalía ha mantenido su petición de 9 años de prisión por un delito de homicidio en grado de tentativa, más un año por quebrantamiento de la orden de alejamiento. A esta petición, se ha sumado la acusación particular de manera subsidiaria ya que, inicialmente, pide que se le condene a 15 años por asesinato en grado de tentativa, más el año por quebrantamiento de medidas cautelares. La defensa ha reclamado su absolución.