Cobraba una pensión de invalidez de 890 euros, no tenía bienes a su nombre pero vivía a todo tren: invertía en gemas preciosas -rubíes, esmeraldas, diamantes y hasta un lingote de oro-, disfrutaba de una pinacoteca espléndida con cuadros de artistas gallegos y viajaba a los grandes circuitos europeos de las grandes carreras de Fórmula Uno. Gozaba de una lujosa casa, tenía yate con atraque en Baiona, había acumulado numerosas propiedades y ayudó a sus hijos y a sus sobrinas. El septuagenario Juan Carlos González Martín, "Culebra", un apodo que se ganó en sus años mozos en Vigo como piloto de rallys, afrontaba con tranquilidad la última etapa de una agitada vida en la que se le señalaba como uno de los grandes del hachís que había conseguido burlar a las fuerzas antidroga.

Pero los casi 6 millones de euros en metálico que depositó en el Banco Santander Totta en Viana do Castelo (Portugal) a nombre de su mujer y sus tres hijos, tal vez para garantizarles el futuro, marcaron el principio del fin de una fortuna que ha resultado ser ilegal, según la Audiencia de Pontevedra.

Cuando los servicios antiblanqueo lusos alertaron a la Agencia Tributaria Española del millonario depósito, el Servicio de Vigilancia Aduanera bajo la dirección del Juzgado de Instrucción 3 de Vigo, con su magistrada Marisol López al frente, pusieron en marcha la mayor y más compleja investigación de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico dirigida desde la ciudad olívica y una de las mayores de Galicia.

González Martín, en el ojo de las fuerzas antidroga en las tres últimas décadas solo había sido condenado en una ocasión por un alijo de hachís de casi mil kilos en 1997. Cumplió 4 años de cárcel. Pese a varias detenciones e investigaciones posteriores, ninguna fructificó como para llevarlo otra vez al banquillo y condenarle. Casi veinte años después, aquel alijo acaba de pasarle factura como origen de una fortuna ilegal que llevara aparejada una condena de 6 años de prisión y 56 millones de multa por un delito de blanqueo de dinero procedente del narcotráfico.

Coches, bienes, empresas y un amplio patrimonio inmobiliario, a nombre de su mujer, sus tres hijos y siete testaferros entre familiares y empresarios, valorado en más de 15 millones de euros -además de numerosas propiedades inmobiliarias- pasarán al Fondo del Plan de Drogas. Si en sus inicios profesionales se hizo con la explotación de varios barcos de pesca, en los últimos años se dedicaba a invertir en astilleros y construcción y parecía haber abandonado el narcotráfico.

Cuando el 2 de febrero de 2008, tras una compleja investigación secreta, estalló la denominada Operación Malpolón -una víbora muy venenosa- , los funcionarios de Vigilancia Aduanera comprobaron que la trama económica era más amplia de lo que pensaban.

En el registro del chalé de "Culebra" en Monteferro se llevaron una sorpresa. El histórico narco disponía de su propio "banco" para disponer de dinero, pues guardaba casi 400.000 euros en billetes y dólares en una caja de zapatos.

En las paredes colgaban cuadros de reconocidos artistas gallegos, entre ellos varios Laxeiros y obras de Antonio Fernández, Caballero o Xaime Quesada entre otros. También se embargaron cuadros en otras vivienda de la familia, como en el chalé de Donas y en un piso de la calle Pérez Bellas de Vigo. En total se intervinieron 79 pinturas valoradas en 235.150 euros.

En el entramado empresarial que manejaba figuraban una treintena de empresas, los Astilleros Moa de Moaña y varias constructoras. El solar más emblemático era el de las antiguas Bodegas Bandeira, donde con el también condenado Carlos Rocha iban a construir un centro comercial en O Calvario. El Banco de Galicia, que había concedido un crédito millonario, acabó quedándose con el solar donde otra empresa ajena a la trama de blanqueo acomete el proyecto.

Apenas una semana después de los arrestos y del embargo preventivo de bienes y propiedades, el Servicio de Vigilancia Aduanera incautaba un Porsche Cayenne que también pertenecía a "Culebra" y que estaba aparcado en un garaje. En su interior volvió a saltar la sorpresa: había 20.000 euros y varias piedras preciosas en la guantera entre. ¿Preparado para una marcha repentina o algo habitual? , se preguntaron entonces los investigadores. También localizaron varias cajas en entidades bancarias a nombre de los testaferros, y rastrearon los espléndidos regalos que recibieron algunos de sus familiares., como un viaje a Viena con todos los gastos pagados para el concierto de Año Nuevo.

¿Una condena ya cumplida casi veinte años atrás puede validar ahora el blanqueo de capitales? La Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra lo tiene claro y condena no sólo a González Martín, sino a otros 11 procesados, incluida su mujer, sus hijos, dos sobrinas, una expareja sentimental y tres empresarios. El tribunal atribuye el origen ilícito del millonario patrimonio a la propia declaración de "Culebra", que aunque se negó a contestar al fiscal contestó a su abogado defensor. "Cuando se le preguntó por l condena por narcotráfico dijo que en aquel momento tenía un crédito impagado y los deudores le propusieron saldar la deuda con al droga a lo que él aceptó". La sala considera que esto presupone "que mantenía negocios con personas integradas en redes de narcotráfico a gran escala y él mismo tenía la capacidad de almacenar y distribuir la droga para obtener el dinero correspondiente, toda vez que los 800 kilos que se le incautaron más la que reconoció que ya había vendido (el acusado afirmó que ya había vendido mucha cantidad) supone unos contactos importantes con las redes de narcotráfico existentes en Galicia y norte de Portugal, que no son precisamente escasa"