Segunda víctima mortal en las carreteras pontevedresas en menos de 24 horas. Si el viernes fallecía un ciclista arrollado por una furgoneta en la autovía de Marín, ayer de madrugada el asfalto se cobraba la vida de un joven de 27 años en un vial secundario en el concello de Portas.

Ocurrió en torno a las cinco y cuarto de la madrugada. La víctima conducía un BMW, del que era su único ocupante. Iba por la PO-8004, vial que une Caldas y Vilanoviña. Y en el lugar de Currás, a la altura del puente del ferrocarril, se salió de la vía invadiendo el carril contrario y chocando contra la base del viaducto de la línea ferroviaria. El impacto fue brutal. Tras esta primera colisión el coche salió rebotado contra el lado contrario y acabó golpeando una farola, que derribó, y un pequeño muro, contra el que quedó volcado. En el momento del siniestro, según señala Protección Civil, la niebla era "muy espesa".

Un amplio operativo se movilizó hasta el lugar. El impacto fue tan violento que el coche quedó convertido en un amasijo de hierros. De hecho, fue necesario que los bomberos intervinieran para retirar el cadáver. Además, la farola contra la que colisionó el vehículo estaba todavía sobre el turismo y hubo que cortarla y retirarla primero para poder actuar con seguridad y evitar riesgo de descargas eléctricas para los efectivos de rescate.

La víctima es V. M.V. P., de 27 años. No es nativo de Portas, a donde había llegado hace apenas una semana, según señalaron varios testigos en el lugar de los hechos. Se había mudado allí para vivir con su padre y la compañera de éste en una casa situada a 300 metros escasos del lugar del accidente. De hecho, su padre acudió hasta allí para ver lo que sucedía y se enteró así de la tragedia.