El caso, adelantado ayer por FARO, expone a la supuesta homicida a una posible pena de más de 12 años de prisión. La Fiscalía le imputa un presunto delito de asesinato en grado de tentativa (pide 11 años y medio) más otro de malos tratos en el ámbito familiar (solicita 10 meses). Con la agravante, en el primer caso, de parentesco. La mujer, sobre la que ya pesa una orden cautelar de alejamiento, no podrá aproximarse al marido durante 13 años y tendrá que indemnizarlo con 1.400 euros si prospera la acusación.
El supuesto intento criminal, que la defensa de la mujer niega, rechazando base para los cargos, se juzgará los días 11 y 12 de febrero ante la Audiencia Provincial de Ourense. Además de la sospechosa, el tribunal podrá oír a la supuesta víctima, vecino de Vilamarín, así como a varios médicos del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), donde el hombre fue atendido y donde presuntamente la mujer siguió suministrándole pastillas. En el proceso está personado un abogado del Sergas para reclamar, mediante acciones civiles, los gastos de hospitalización y tratamientos que requirió el supuesto envenenado. Casi 20.000 euros.
El caso de presunto asesinato fue descubierto a base de informes médicos y otras averiguaciones, en una compleja investigación del juez y el fiscal. La supuesta autora está en libertad hasta el juicio. Su abogado pide la libre absolución.
Pero la Fiscalía tiene la convicción de que quería acabar con la vida de su esposo, y para ello habría suministrado de forma continua medicamentos camuflados con alimentos o disueltos en leche y líquidos. Sucedió antes de enero de 2013. Entre las acusaciones, se alude a una tarde de primeros de ese mes en la que presuntamente la esposa preparó un puré mezclado con pastillas. El marido notó un sabor amargo y acudió a la nevera para beber. La esposa también había disuelto los medicamentos en la botella de leche, según la investigación. Tal y como manifestó en su momento el hombre, volvió a notar un amargor en el trago pero siguió ingiriendo la leche -tomó un vaso- porque creyó que era una prolongación del sabor que le dejara el puré.
La ingesta tuvo consecuencias. Por la noche, el marido empezó a sentirse mareado y permaneció toda la mañana siguiente en la cama. Después fue trasladado al hospital de Ourense, donde estuvo 5 días ingresado.
Pero ni en el hospital habría dejado de intentar la acusada acabar con la vida de su marido, tal y como intentará probar en el juicio la Fiscalía. El testimonio de los profesionales médicos se prevé clave. Presuntamente, en los días en que el hombre estaba ingresado en el hospital, la imputada habría seguido dando pastillas diluidas en agua y zumo que ella mismo preparaba. El hombre perdió la conciencia, su pulso bajó a niveles anómalos y, finalmente, entró en parada. Los profesionales de servicio tuvieron que realizarle reanimación para impedir que el marido falleciera.
Las pruebas analíticas confirmarían que había sufrido una intoxicación de medicamentos indicados contra la ansiedad y la depresión. En las pruebas de orina se hallaron cantidades de hasta cinco medicamentos distintos con riesgos tóxicos y favorecedores de colapsos cardíacos.
El último intento de envenenamiento de la presunta asesina obligó a su esposo a sufrir una recuperación larga. Los cuidados lo tuvieron hospitalizado 14 días, más otros seis impeditivos, a principios de 2013.
