Un jurado de Florida (EE UU ) halló ayer culpable de asesinato en primer grado al estudiante Pedro Bravo, quien fue condenado por un juez a cadena perpetua por dar muerte en 2012 a su amigo de origen colombiano Christian Aguilar, un estudiante de la Universidad de Florida. Bravo compró una pala, medicamentos para dormir, un cuchillo de caza y cinta adhesiva para cometer el crimen.