Tres versiones distintas para unos hechos trágicos. Nadie, en el juicio que se celebra desde ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra, puso en duda que Alfonso Gómez Lorenzo, un vecino de Vilagarcía de Arousa que entonces tenía 47 años, falleció como consecuencia de la herida que le causó en el muslo un disparo de escopeta efectuado por su hermano, Santiago Gómez, aquella fatídica noche del 19 de septiembre de 2012.Un tiro que recibió a muy corta distancia y que le seccionó la arteria femoral, de tal forma que murió desangrado a los pocos minutos.

En lo que también coinciden todas las partes es en la mala relación de los dos hermanos. En este punto, la defensa de Santiago Gómez se esforzó ayer en presentar al acusado como un hombre atemorizado por su hermano.

De hecho, en su relato ante el jurado, el acusado aseguró que la noche en que ocurrieron los hechos se encontraba en la finca de su casa regando cuando se acercó su hermano y le amenazó por no cortar unas hierbas. Asegura que de inmediato acudió a ver a su madre, que vivía en casa de Alfonso y una vez allí ambos volvieron a discutir. Según su versión, Alfonso hizo el ademán de "echar la mano al bolsillo" como para coger una navaja, y que el acusado reaccionó aplicándole en los ojos un espray de pimienta. Luego asegura que él regresó a su casa, cogió una de las dos escopetas que tiene (reconoció que es un cazador con bastante experiencia) y la llevó al exterior sin cargar. Salió al jardín para continuar regando y asegura que de inmediato escuchó al fallecido decir "voy a matar a ese" y que lo vio venir "con una navaja en la mano". Afirma que en ese instante montó la escopeta y lo esperó en su jardín. Santiago insiste en que logró esquivar una primera acometida con la navaja de su hermano (que estaba ebrio) utilizando la escopeta como si fuera un palo. Santiago cuenta que su hermano y su cuñada se cayeron al suelo tras este primer encontronazo, pero asegura que instantes más tarde llegó un segundo ataque y que entonces disparó hacia el suelo. "Mi intención era asustarle, yo no quería apretar ese gatillo por nada del mundo, pero le tenía pánico, venía hacia mí y actué por instinto apuntando hacia abajo".

Esta fue la única versión de los hechos que se pudo escuchar ayer, dado que el juicio se retoma hoy con la declaración de una testigo clave: la viuda del fallecido.