La Policía Nacional detuvo en Toledo a una mujer como presunta autora de un delito de estafa continuada. La arrestada contactó a través de Facebook con familiares de niños de distintos puntos de España con enfermedades poco usuales: entre las víctimas del fraude hay dos familias viguesas que fueron, con sus denuncias, las que permitieron poner inicio a esta investigación. La mujer se ofrecía altruistamente para organizar rifas solidarias, así como huchas y rastrillos benéficos, para recaudar fondos que ayudasen a financiar tratamientos, medicamentos, terapias y en definitiva a conseguir una mejor calidad de vida para los menores. Todo era sin embargo un fraude. La detenida llegó a fingir su propia muerte, que anunció en la red social, para no entregar el dinero a los afectados.

La investigación arrancó en abril, gracias a las denuncias interpuestas por los padres de Evelyn Motos, que sufre Síndrome de Wolf, y Álex Guntín, con parálisis cerebral, en la comisaría de Vigo, cuyos agentes pusieron a los de Toledo tras la pista de la sospechosa. Estas familias informaron a los policías que una supuesta familiar de la organizadora de las rifas les había informado por las redes sociales que ésta había fallecido -lo que era falso-, señalando que nunca les había entregado dinero alguno de las actividades solidarias organizadas.

Los agentes comprobaron que la mujer había contactado con las familias por Facebook, ofreciéndoles ayuda para realizar rifas solidarias. Cuando logró su confianza, les solicitó fotos de los pequeños e información para usar en sorteos. También habilitó varias huchas solidarias e incluso llegó a abrir una cuenta bancaria a su nombre para recibir donaciones.

Las pesquisas permitieron fijar la residencia de la presunta autora en Toledo, donde fue detenido en casa de unos amigos. Hasta el momento los agentes han logrado averiguar que la detenida habría encargado más de 32.000 papeletas que utilizó para 9 rifas diferentes. En cada una de ellas estampaba una foto de alguno de los niños y el teléfono de la familia en cuestión. Los investigadores tratan de establecer ahora cuál fue el beneficio total que la mujer habría podido obtener fruto de la venta de papeletas, cada una a un euro, y de las huchas. Sobre la cuenta bancaria, en el análisis de sus movimientos quedaron recogidos ingresos por un importe de casi 2.000 euros.