Cinco años y dos meses de prisión, multa de 3.000 euros y 3.300 euros de indemnización para la víctima. Esta es la condena que solicitó ayer el fiscal para el vigués Ernesto A.M. acusado de robar un vehículo en un concesionario de la Avenida de Madrid en 2008 y duplicar las matrículas con la documentación sustraída a otro coche similar, a cuyo conductor endosó una veintena de multas, la mayoría por exceso de velocidad, durante el año y medio que tardó en ser detenido.

La víctima relató ayer en el Juzgado de Penal 2 la pesadilla que vivió entre enero de 2008 y julio de 2009: recibió más de una veintena de multas -algunas por circular por la autovía a 189 kilómetros por hora y otras por ir a 120 kilómetros por hora en vías interurbana- en viajes entre Madrid y Vigo que no realizaba. Además de perder sus puntos en el carné de conducir, vio sus cuentas embargadas para hacer frente a las multas de Tráfico y tuvo que presentar multitud de recursos para demostrar que no era su coche el que aparecía en el radar con su matrícula.

Desesperado por esta situación no dejaba de fijarse en las matrículas de los coches que se cruzaba, hasta que un día vio aparcado en la Avenida de Castelao el Citroën C-5, similar al suyo y también gris oscuro, que llevaba el mismo número de matrícula. Alertó a la Policía Local y los agentes, tras un discreta espera, detenían a las siete de la tarde del 6 de julio de 2009 al conductor y usuario del vehículo sospechoso.

La investigación demostró que el turismo había sustraído en un concesionario de la Avenida de Madrid, donde su dueña lo dejó para reparar, la noche del 23 de enero de 2008. El ladrón, que forzó uno de los ventanales para acceder a las instalaciones, se llevó también 2.614 euros de una caja metálica de caudales, varias máquinas de diagnosis y dos teléfonos móviles. Aquella misma madrugada también rompieron la ventanilla del turismo de renting de la víctima y se llevaron la documentación del coche, así como otros efectos valorados en 300 euros, incluido un navegador y un estuche portadiscos con 22 discos.

El acusado Ernesto A.M., con antecedentes no computables por robo de vehículos con fuerza, negó ayer en la sala el robo del Citroën C-5. Aseguró que se lo habían vendido en un taller de Madrid, en el que trabajaba, pero no pudo aportar documentación ni justificar la compraventa. En su poder, al ser detenido año y medio después, sí tenía la documentación d el turismo de la víctima al .

El fiscal sostiene que Ernesto A.M. robó el vehículo en el concesionario de la Avenida de Madrid, metió en su interior los demás efectos robados y huyó en el coche abriendo desde dentro uno de los portalones. Le imputa por tanto un delito de robo con fuerza continuado y solicita la pena de 3 años de prisión. El escrito de acusación añade un delito de falsificación de documento oficial, ya que sostiene que con la documentación sustraída en el otro vehículo adquirió dos placas de matrícula y con ellas sustituyó las del vehículo robado. Por este segundo delito solicita una condena de 2 años y dos meses de prisión.

El fiscal resalta que el acusado utilizó durante año y medio el coche robado con las matriculas de otro conductor al que endosó las multas, pro eso solicita para la víctima una indemnización de 300 euros por los efectos que le fueron sustraídos en sus vehículo y otros 3.000 euros por los daños morales y perjuicios causados al afectado. También reclama que ala empresa que tenía en renting el vehículo se le indemnice por los desperfectos sufridos al romperles la ventanilla y los daños causados que se acrediten en ejecución de sentencia. Además, reclama para el acusado una multa de 3.000 euros por falsificación de documentación. La acusación particular eleva a 6.000 euros la indemnización para la víctima.