Tensión y rabia acumulada en Vilaboa. Ante el domicilio de la familia de la víctima, en el que residía desde hacía dos meses la fallecida, su madre pedía a primera hora de la mañana que el presunto asesino "le entregase" a su hija, aunque fuese el cuerpo. Explicaba que ya en una ocasión "pudo denunciarlo" por malos tratos, pero ella "cambió su declaración y dijo que se había golpeado con una mesa. No quiso denunciarlo". Aseguró que su hija le había dicho que le tenía "miedo" y temía que la matara.

Tras conocerse la noticia del hallazgo del cadáver se escucharon lamentos y alguna maldición que cayó sobre el sospechoso: "que se lo coman los perros", dijo un familiar. El responsable del consejo gitano, Sinaí Jiménez, advirtió ayer que José Luis Cortiñas no ha cometido un homicidio, sino dos, ya que la mujer estaba embarzada. Tras reconocer el intenso dolor de la familia de la víctima, hizo un llamamiento "para que impere la paz".