Un acosador de menores que solía merodear por el Instituto de A Guía y el centro de formación ocupacional Divino Maestro de Teis en Vigo ha sido condenado a cuatro años y medio de prisión por abusos sexuales a dos estudiantes a las que abordó en las proximidades de los centros escolares a primera hora de la mañana en octubre de 2011, con la agravante de reincidencia. La magistrada de Penal 2 de Vigo impone también a Ángel P.F. cinco años de libertad vigilada cuando salga de prisión y una orden de alejamiento de cada una de las víctimas, a las que no podrá acercarse menos de 300 metros, durante 4 años. Además, indemnizará a las menores -a las que realizó tocamientos por encima de la ropa- por daños morales con 1.000 y 2.000 euros respectivamente, y otros 350 euros por las lesiones que causó a una de ellas al agarrarla por las muñecas.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 7.30 horas con apenas cuatro días de diferencia, y hay otras dos denuncias más en curso. El fiscal solicitó que se aplicara la agravante de reincidencia, pues Ángel P.F. salió de la cárcel en 2008 tras cumplir más de 10 años de prisión por un delito de estupro (agresión sexual a su hija) y otro delito de abusos sexuales.

El vecino de Pazos de Borbén Ángel P.F. negó los tocamientos en la vista celebrada el pasado 5 de abril. Alegó que es vendedor de pescado y tras comprar la mercancía en la lonja de Vigo buscaba nuevos clientes por Teis y hacía tiempo hasta regresar a Pazos de Borbén y comenzar su venta habitual. Aseguró que se bajaba de la furgoneta para fumar y que siempre le acompañaba su pareja "que está muy satisfecha, igual que yo, con nuestra actividad sexual", aseveró, aunque ni siquiera fue citada como testigo. "Nunca toqué a una niña", afirmó.

Una versión que no convenció a la magistrada, pues las dos víctimas, una todavía menor de edad, lo reconocieron sin dudas en la sala. "Estaba oscuro, era todavía de noche y cuando llegó a mi altura me agarró y me tocó por encima de la ropa. Conseguí deshacerme de él y escapar corriendo. Fue cosa de segundos", explicó la primera de las víctimas.

La segunda víctima, que rompió a llorar al recordar lo sucedido. Explicó que cerca del colegio vio un autobús aparcado y un hombre que miraba las ruedas. "Creí que era el conductor, pero al llegar a su altura me impidió pasar, me agarró primero de una muñeca y después de la otra y me tocó la vagina por encima de la ropa. Llegó un coche y él aflojó, entonces me escapé. Corrí al colegio y me encerré en el baño por si me seguía", relató. Una cámara de seguridad grabó como un hombre, de aspecto similar al acusado, asomaba detrás del autobús y segundos después de quedar oculto por este a la víctima que corría despavorida.

La directora del centro Divino Maestro presentó la correspondiente denuncia, ya que se descubrió que esta alumna no sería la primera víctima. Las policías que hicieron las vigilancias observaron que el supuesto asaltante se escondía tras los coches de la calle Pedro Alvarado y seguía a las escolares "mirándolas por detrás", pero no le vieron hacer nada.

La defensa del acusado solicitó la absolución del vendedor de pescado, y en caso de ser condenado, que se consideraran los dos posibles abusos meras faltas de vejaciones injustas, y otra falta también por las lesiones. En su opinión no se había demostrado el "ánimo libidinoso" de los tocamientos. Extremo que la juez rebate en su sentencia al considerar ambos hechos delitos de abusos sexuales. Por el primero impone 2 años de prisión y por el segundo dos años y medio. Contra el fallo cabe recurso.