El joven asesinado en Vilanova de Arousa, Miguel Ángel Paz Fernández, "Pirri", recibió una paliza antes de morir de un golpe que le destrozó el cráneo. La autopsia que se le practicó al cadáver descarta, en principio, el uso de un hacha ya que el objeto utilizado carecía de filo y se inclina hacia una gran maza. Así, tras un primer golpe en la cabeza recibió varios más, hasta que otro golpe le partió el cráneo.

Esta brutalidad parece apuntar a la participación en el crimen de, al menos, dos personas. Otro dato que trascendió ayer es que durante el rastreo que la Policía Científica de la Guardia Civil realizó el miércoles por la mañana en la zona del asesinato aparecieron manchas de sangre o restos humanos a una distancia de un centenar de metros de donde se encontraba el cadáver, lo que parece indicar que por algún motivo los asesinos dejaron su coche aparcado a cierta distancia.

Miguel Ángel Paz Fernández, "Pirri", de 35 años, fue asesinado en la madrugada del martes al miércoles a unos 300 metros de la casa de A Pantrigueira (Caleiro, Vilanova) en la que vivía de alquiler con su mujer y un hijo de pocos meses. La Guardia Civil está investigando el trágico suceso, aunque por el momento no se ha practicado ninguna detención ni ha aparecido el arma homicida.

Mientras, la familia enterró a media tarde de ayer a Paz Fernández en el cementerio parroquial de San Xulián de A Illa -de donde era natural-, tras velarlo desde el miércoles en el tanatorio de Cambados. Fue un funeral multitudinario, al que acudieron cientos de personas de todas las edades. Ya el miércoles por la mañana quedó de manifiesto que Paz Fernández era una persona muy conocida en la localidad, pues la noticia de su muerte se extendió rápidamente, y hacia las 11 de la mañana ya había más de medio centenar de vecinos de A Illa -muchos de ellos amigos de la víctima- junto al cordón policial que impedía el acceso al lugar del crimen.

Por el momento todavía no están claras las causas del asesinato y se barajan diversas hipótesis, aunque una de las que se manejan con más fuerza es la de que Paz Fernández se metiese en algún problema relacionado con el menudeo de drogas.

Miguel Paz tenía antecedentes por robo y se sospecha que en algunos momentos vendió droga en pequeñas cantidades. Parece ser que tenía intención de cambiar de vida desde que había sido padre, hasta el punto de que una de las razones de su traslado a Vilanova era el de alejarse de las malas compañías. Se había puesto a buscar trabajo, pero los responsables del caso no descartan que mientras no lo encontraba "trapichease" con mero afán de subsistencia.

Al parecer, los asesinos fueron a buscarle a casa entre las doce y la una de la madrugada del miércoles -no se descarta que le llamasen antes por teléfono, pero el móvil del fallecido ha desaparecido, al igual que su bicicleta- y él salió de casa vestido. Un operario municipal de Vilanova lo encontró poco después de las ocho de la mañana, ya muerto. Estaba en ropa interior.

Su pareja, de nacionalidad rumana, dijo a la familia de Paz que ella despertó sobre las tres de la mañana, y que en ese momento el hombre ya no estaba en casa. La familia del isleño mostró ayer su convencimiento de que la Guardia Civil localizará a los asesinos.