Seis años de prisión y 10 millones de multa es la pena que pide el fiscal antidroga de Pontevedra, Luis Uriarte, para el narcotraficante Antonio Carballa Magdalena a quien acusa, junto a su mujer, su hija, su yerno y dos supuestos colaboradores, de blanquear dinero procedente del tráfico de estupefacientes. Los seis acusados negaron los hechos, incluido Magdalena, que se mostró molesto con el fiscal cuando éste le recordó en el juicio las tres condenas que le impusieron por tráfico de drogas en 1986, 1988 y 1998 (la última de 14 años de prisión por el alijo de dos toneladas de cocaína del Archangelos).

Carballa Magdalena, de 57 años, natural de Poio y vecino de Sanxenxo, no se salió del guión que se repite en los últimos juicios por blanqueo celebrados en Pontevedra. El sorprendente, al menos para el fiscal, crecimiento patrimonial en el seno de su familia no se debió a los beneficios del narcotráfico, sino que es fruto de una una vida de duro trabajo por parte suya, su esposa, su hija y su hijo. En su caso, Carballa aseguró que todas las adquisiciones de bienes que hizo desde que salió de prisión se realizaron con ingresos de su trabajo "vendiendo vino en una bodega", de su labor como "extractor marino" (buzo) o de sus trabajos de "agricultura" en casa. Negó que realizase préstamos por 2,4 millones de euros para lavar dinero de la droga.