Dos juicios distintos, pero con muchas similitudes. Dos jóvenes de la generación ni-ni (ni estudia ni trabaja) se sentaron ayer en el banquillo en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo por sendos altercados que protagonizaron en sus domicilios consistentes en presuntas agresiones en el ámbito familiar.

La primera de las vistas se celebró y el fiscal mantuvo su acusación, pero tanto el chico como sus padres se acogieron a su derecho a no declarar. El joven, según lo que reza en el atestado policial y lo que sí testificaron los progenitores ante los agentes y el juez de Instrucción, supuestamente dio un rodillazo a su padre cuando éste intermedió en una discusión entre su hijo y su mujer. Un episodio que no sería puntual ya que al parecer el chico presenta problemas de conducta y ya fue llevado a psiquiatras y psicólogos. Frente a la petición de condena del fiscal, la defensa solicitó la absolución, se opuso a que se imponga una orden de alejamiento al chico con respecto a su progenitor y calificó lo ocurrido como un "incidente familiar".

El segundo juicio se suspendió para otra fecha al faltar testigos. En este caso se trata de un joven que está acusado de protagonizar un altercado en su casa, en Baiona, con su madre y su hermano pequeño, lo que obligó a intervenir a la Guardia Civil.