Con los pantalones bajados y ebrio. Así llegó ayer a la clínica forense de Vigo un hombre que había sido citado para una valoración, que fue imposible practicar dado su estado. Un fiscal alertó a la Policía Nacional y cuatro agentes, a los que pedía fuego para encender un cigarrillo en las instalaciones, se hicieron cargo de él y lo acompañaron a un centro médico.