"Son muchas cosas que no denuncié y que tenía que haber denunciado. Ahora me veo con pánico", confesaba M., una mujer de Cangas que llevó ayer a juicio a su expareja, Cándido P.P., acusado de tentativa de homicidio y de incumplir la orden de alejamiento, una vista que se suspendió por la incomparecencia del abogado de la acusación, que acreditó un delicado estado de salud.

Lo peor para la mujer no fue el aplazamiento del juicio para el 12 de marzo, sino la revocación de la orden de alejamiento del presunto agresor, que le fue notificada el lunes. "Me siento impotente", lamentó tras pedir al tribunal que repusiera la medida cautelar. Los hechos que debían juzgarse ayer se produjeron la madrugada del 2 de julio de 2011, en Coiro (Cangas), cuando el acusado, sobre el que pesaba orden de alejamiento, se dirigió al vehículo de la víctima y, con intención según la Fiscalía de atentar contra la vida de la mujer, se metió en los bajos del vehículo y con un cuchillo extrajo los tubos de freno traseros y empezó a cortarlos. El acusado se enfrenta a 8 años de cárcel.