Al menos 233 personas fallecieron en Brasil la pasada madrugada en el incendio de una discoteca en el estado de Río Grande do Sul. Otros 200 heridos fueron trasladados a distintos hospitales, algunos en estado muy grave. El uso de una bengala en un local cerrado, el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y las puertas bloqueadas por los vigilantes de seguridad, alimentaron la tragedia en un local atestado de jóvenes universitarios -posiblemente se superaba el aforo permitido- y cuya licencia de actividad estaba caducada desde el pasado mes de agosto, según los Bomberos.

El incendio comenzó hacia las dos y media de la madrugada, cuando una de las bandas que actuaban encendió en el palco un equipo de fuegos pirotécnicos conocido como "Lluvia de plata", cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.

Al igual que ocurrió en la tragedia del Madrid Arena, las avalanchas de jóvenes tratando de salir de la discoteca, con aforo para 2.000 personas, crearon una situación de pánico. La mayoría de los fallecidos, según las primeras informaciones, presentan síntomas de asfixia e intoxicación. "Los que podían, salían asfixiados", relatan algunos testigos.

El escenario de terror fue tal, que algunos supervivientes acusan a los guardias de seguridad de haber cerrado las puertas para impedir que la gente se fuera sin pagar. El diputado Valdeci Oliveira, que entró con los equipos de rescate, manifestó que vio "pilas de cadáveres" en los baños del recinto. Otros afectados relataban a la radio: "Muchos amigos están entre los muertos", aseguraba un joven, mientras otro lloraba: "Vi gente morir frente a mí".

Ingrid Goldani, una de las empleadas de la discoteca, expuso que la humareda cubrió el local en apenas 3 minutos. "Los integrantes de la banda Gurizada Fandangueira, que tocaban en el momento y encendieron el artefacto que provoca las chispas, intentaron inicialmente apagar las llamas con agua y después con un extintor, pero el fuego y el humo se expandió rápidamente", manifestó. En ese momento se apagaron las luces y todo quedó oscuro, relató el cantante Valterson Wotrich, conocido como "Pimenta" y vocalista de la primera banda en presentarse.

Las llamas y la humareda provocaron gran pánico entre los jóvenes que estaban en la discoteca, más de mil según algunas fuentes, y se produjo una estampida hacia las puertas de salida, en donde muchos murieron pisoteados.

"Recibimos la información de personas que estaban en el lugar de que los vigilantes de la discoteca inicialmente cerraron las puertas y no permitieron una rápida evacuación. Eso provocó aún más pánico y tumulto", afirmó el comandante del Cuerpo de Bomberos. De acuerdo con los testigos, los vigilantes no sabían lo que había ocurrido y querían impedir que los estudiantes salieran de la discoteca sin pagar la cuenta. La dificultad de la evacuación y la avalancha de personas corriendo hacia la única salida, causaron numerosos muertes por asfixia.

Asfixiados y pisoteados

Muchos jóvenes corrieron hacia los baños en busca de aire y de otra salida que no encontraron. El capitán Edi Paulo García, de la Policía Militarizada, explicó que la mayoría de los cuerpos estaban amontonados y muy pocos presentaban quemaduras, por lo que fallecieron intoxicados o pisoteados. La tragedia obligó a la presienta brasileña, Dilma Roussef, a cancelar su agenda en Santiago de Chile, donde participaba en la Cumbre Celac-Unión Europea, y viajar hasta Santa María para expresar personalmente su solidaridad a las familias de las víctimas.

El alcalde de la ciudad, Cezar Schirmer, decretó ayer un luto oficial de treinta días en la ciudad por la tragedia ocurrida con el incendio de la discoteca Kiss. Santa María es una ciudad de 261.000 habitantes situada en el centro del estado de Río Grande do Sul, a 290 kilómetros al noroeste de Porto Alegre, la capital regional.

La ciudad tiene un alto porcentaje de población joven ya que alberga ocho universidades, la más importante de las cuales es la Universidad Federal de Santa María, a la que pertenecían centenares de estudiantes presentes en la discoteca escenario de la tragedia.