Un negocio de pescado congelado que salió mal y dejó una deuda que ronda un millón de euros, lleva hoy al banquillo de los acusados en Pontevedra a Francisco Javier Oubiña Piñeiro, hermano del narcotraficante cambadés Laureano Oubiña, su mujer Mercedes P.P. y Ezequiel V.P. El fiscal los acusa de un delito de coacciones al matrimonio con quienes formaron sociedad y pide para cada uno de ellos una condena de un año de prisión. El Ministerio Público sostiene que los tres imputados se concertaron "para doblegar la voluntad" de las víctimas en la resolución de las relaciones comerciales mantenidas y por las que Javier Oubiña les reclamaría medio millón de euros.

Las desavenencias comenzaron cuando la empresa de pescado de la que eran administradoras mancomunadas la mujer de Javier Oubiña y la del otro socio, se fue a pique. El fiscal sostiene en su escrito de acusación que en el primer trimestre de 2009, Ezequiel -haciéndose llamar Luis- mantuvo una reunión ante abogados con la socia de Mercedes y le dijo a ésta que tenía los teléfonos pinchados, que sabían donde estaban sus hijos, y que si no pagaban pondrían carteles de puferos.

Tras multitud de llamadas intimidatorias a los negocios y a la bodega prpiedad de la familia de las víctimas, de visitas a domicilios de padres y cuñados, el Ministerio Público sostiene que el 13 de mayo de 2009 Javier Oubiña llamó a la empresa de la madre de la socia de su mujer y les dijo que "por cada denuncia que pusiera mataría a diez personas, y que iba a meter un coche bomba contra la empresa". En otra conversación aseguró, según el escrito de acusación, que iría "con dinamita" e iba a mandar todo por el aire, que se mataba él.

Las coacciones se extendieron, según el fiscal, a algunos proveedores de la empresa de pescados de la víctima, y el 18 de julio del mismo año Ezquiel "paseó una furgoneta por el muelle de Combarro" con un remolque en el que se portaba una fotografía de grandes dimensiones del matrimonio víctima de las coacciones en el que se leía con grandes letras: "ojo con estos puferos". El remolque fue estacionado delante del domicilio de los socios de Javier Oubiña y su mujer, en cuya puerta aparecieron dos coronas de flores.

El relato de los hechos de la Fiscalía concluye el 19 de julio de 2009, cuando "Mercedes P.P., con otras dos personas, sobre las 19.15 horas insultaron con megáfonos al matrimonio delante del domicilio de ambos, cesando en su actitud cuando acudió la Guardia Civil".

Aunque los denunciantes, que ejercitan la acusación particular imputan también un delito de extorsión, por lo que solicitaron que el juicio fuera en la Audiencia de Pontevedra, pero el organismo provincial desestimó la propuesta y dio la razón a la Fiscalía y a la defensa de Javier Oubiña, representado por el letrado vilagarciano Juan Lago, que defendió a uno de los acusados de la desaparición y muerte del arousano Fernando Caldas que fueron absueltos recientemente por la Audiencia Nacional.