Una noche de fiesta de terror que terminó en tragedia. Tres chicas de 18 años fallecieron aplastadas en la madrugada de ayer y otras dos se encuentran en estado crítico al verse envueltas en una avalancha provocada por el lanzamiento de una bengala durante una fiesta de Halloween que se celebraba en el recinto Madrid Arena de la Casa de Campo. La empresa organizadora del "Thriller Music Park", Diviertt S.L, ha confirmado que la bengala fue lanzada en uno de los nueve vomitorios de acceso al recinto, lo que provocó el pánico y la consiguiente "estampida". De acuerdo con la Jefatura Superior de Policía, además de una bengala parece que se tiraron varios petardos, cuyas detonaciones pudieron hacer creer a los asistentes que se trataba de disparos.

Fuentes de la investigación han confirmado que las tres fallecidas son Katia Esteban Casielles, nacida el 4 de octubre de 1994 en Madrid e hija del exconcejal de Daganzo Ángel María Esteban Sanz, ; Rocío Oña Pineda, nacida el 14 de julio de 1994 en Madrid, y Cristina Arce de la Fuente, nacida el 13 de marzo de 1994. Las dos heridas están hospitalizadas en estado crítico; María Teresa Alonso, en la Fundación Jiménez Díaz, y una menor de 17 años que ha tenido que ser identificada por uno de sus hermanos, ya que sus padres se encuentran estos días fuera de Madrid, en el Doce de Octubre.

La Policía comenzó a recibir llamadas procedentes del interior del recinto hacia las 4.30 horas, alertando de una avalancha en el local. Al llegar al lugar, los agentes comprobaron que alguien había lanzado una bengala en un pasillo que comunica la pista con las escaleras de acceso a una planta superior, y debido a la estampida producida a continuación se produjeron tres víctimas mortales por aplastamiento y dos heridas muy graves.

La Policía precedió entonces a desalojar "con total normalidad, aunque muy lentamente" el Madrid Arena, que no quedó totalmente vacío hasta las 6:50 horas. Fernando Prados, jefe de servicio del SAMUR, ha declarado a la prensa que las cinco víctimas se encontraban en un pasillo del Madrid Arena cuando ocurrió la tragedia, aunque después fueron trasladadas a distintas zonas del local e incluso al exterior del mismo para ser atendidas.

A pesar de la gravedad del suceso, la mayoría de los diez mil asistentes ni siquiera se percataron de lo ocurrido y la fiesta continuó hasta el amanecer. La Policía investiga si hubo fallos de seguridad, aunque el ayuntamiento aseguró que el evento contaba con todos los permisos y que no se vendieron más entradas del aforo permitido.

Isabel Aparicio, de 21 años, que participaba en la fiesta, se ha mostrado convencida de que sí se superaba el aforo y ha afirmado que el pasillo en el que se arrojó la bengala que provocó el pánico "estaba lleno de gente y era difícil moverse con normalidad".

Isabel supo que algo había ocurrido cuando vio a un grupo que intentaba salir corriendo del recinto y después observó que sacaban en brazos a una joven "que parecía desmayada". Al poco notó que olía a pólvora "como si hubieran estallado un petardo". Tanto Isabel como su hermana Ana Aparicio, de 18 años, que también estuvo en el Madrid Arena, aseguran que en el interior del recinto había menores y que en ningún momento les pidieron el DNI ni les registraron antes de entrar.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que ha decretado luto oficial para hoy en la capital, ha manifestado su pésame a las familias de las fallecidas y ha dicho que estará al lado de las de las otras dos jóvenes que resultaron heridas graves.