Tres años de cárcel. Esta es la condena que pidió ayer la Fiscalía para un vecino de Cangas, Ángel Manuel G.L., acusado de abusar sexualmente a plena luz del día en el mercado vigués de A Pedra de una joven trabajadora de esta zona comercial solo media hora después de haber abordado en las cercanías a otra mujer. Dos comerciantes corrieron tras él y lo interceptaron y retuvieron hasta que llegó la Policía Local. El presunto agresor alegó que no recordaba nada y que estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas, pero víctimas y testigos lo identificaron y coincidieron en que no tenía síntomas de estar influido por sustancias.

La vista se celebró en el Juzgado de lo Penal 3 de Vigo. El fiscal pide que el acusado, de 35 años, sea sentenciado a 3 años de cárcel por un presunto delito de agresión sexual a la trabajadora de A Pedra –la calificación obedece a la violencia ejercida– y a multa de 240 euros por una falta de vejaciones injustas por el ataque previo a la otra mujer. Demanda órdenes de alejamiento con respecto a ambas y, en relación a la víctima de la agresión sexual, que la indemnice con 270 euros por las lesiones sufridas y con 10.000 por el síndrome ansiosodepresivo que aún hoy padece: según relató la joven y resaltó el fiscal, dejó su trabajo en A Pedra a raíz de esos hechos y "no es capaz de enfrentarse al mundo real para buscar otro" ya que tiene miedo a salir sola a la calle, sufre episodios de pánico y no duerme bien. "Su vida ya no es la misma", destacó la Fiscalía.

Todo se remonta a la mañana del 14 de julio de 2011. El acusado viajó desde Cangas a Vigo en barco. Y ya en las cercanías de la estación marítima, en una calle del Casco Vello, abordó presuntamente a la primera mujer, a la que le habría tocado los pechos. "Se me abalanzó, fue todo muy rápido; grité, logré sacarlo y escapó corriendo", relataba ayer la víctima, que recordó cómo le pudo ver "la cara" . Por eso lo identificó sin duda: lo conocía de haberlo visto en Cangas y por haber coincidido en el barco.

Media hora después, a las diez de la mañana, se producía el ataque en el mercado de A Pedra. La víctima, de 23 años, estaba abriendo el puesto cuando el hombre se le abalanzó cogiéndola desprevenida. Esta chica declaró protegida por un biombo y no pudo evitar las lágrimas al recordar lo sucedido. La Fiscalía sostiene que el hombre la agarró violentamente, le metió la mano bajo la ropa y la manoseó. Forcejeó con ella para "intentar forzarla" y la chica para defenderse lo arañó. Cuando sus gritos de auxilio alertaron a otros comerciantes de A Pedra, él la lanzó supuestamente contra una silla. "Lo tenía encima de mí y escuchaba como respiraba", contó la víctima.

Una compañera de trabajo de la chica escuchó sus gritos, así como otros dos comerciantes de A Pedra que desayunaban en una cafetería y que corrieron tras el acusado cuando este escapaba calle abajo en dirección al puerto. "Escuché que habían querido violar a una compañera y fuimos tras él", relataron los hombres. "No hice nada", les repetía el acusado cuando lo arrinconaron contra una pared. Sin embargo, a los policías según declararon estos, les confesó que había intentado "forzar" a la mujer.

Frente a lo sostenido por el fiscal, la defensa alega que su cliente sí estaba bajo los efectos del alcohol y la cocaína. En esa época el hombre consumía esa droga. "El día anterior la Guardia Civil le llegó a quitar las llaves del coche en Moaña por su embriaguez", señaló el letrado, quien, en caso de condena, pide que su cliente no ingrese en prisión porque no es el lugar "idóneo" para su rehabilitación.