Un año y medio de prisión y 8 años de prohibición para acercarse o comunicarse con la víctima. Esta es la condena que aceptó ayer en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo M.B.S. tras confesarse autor de un delito de abusos sexuales a una niña en 2004. La dilación en la celebración del juicio –los hechos sucedieron hace casi ocho años– y el importante deterioro cognitivo que padece a causa del alcoholismo crónico, actuaron como atenuantes.

En el acuerdo de conformidad alcanzado entre su abogado defensor y la Fiscalía, pesó también que la decisión evitaba a la menor, que tiene 12 años en la actualidad, declarara en la sala. Los hechos se remontan al 18 de octubre de 2004. El condenado, que por entonces sufría una gran dependencia alcohólica, había abandonado la víspera el hospital tras sufrir una gran crisis confusional que obligó a su internamiento durante varios días.

El hombre vivía con una tía anciana y en la casa residían también la menor y su madre, encargada de cuidar a la octogenaria y a su sobrino.

La madre de la niña fue quien descubrió al acusado en plenos tocamientos sexuales a la niña, la trasladó a Urgencias Médicas y presentó la correspondiente denuncia. Si bien en la exploración médica no se descubrió ningún tipo de agresión sexual a la menor, su relato sobre los abusos sufridos llevó al centro hospitalario a poner en conocimiento del juzgado el caso.

M.B.S. fue detenido e ingresó en prisión provisional por orden del juzgado de guardia; situación que se mantuvo durante tres meses, hasta que se decretó su libertad con cargos.

El acuerdo alcanzado ayer entre su abogado y la Fiscalía suspende su ingreso en prisión con la condición de que en los tres próximos años no cometa delito alguno. El hombre, aunque padece importantes secuelas por su problema de alcoholismo, se sometió a una cura de desintoxicación y ya no bebe. Además, su situación médica está controlada ya que se encuentra a tratamiento a tratamiento desde hace años.