Dos años de prisión y otros dos de inhabilitación para el empleo, cargo público o profesión que pudiera facilitar su relación con menores de edad. Esta es la pena que aceptó Francisco Villar Gómez, un vecino de Portonovo de 36 años de edad, tras reconocer ante los magistrados de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra que poseía en su ordenador casi 2.000 archivos de pornografía infantil que compartía y distribuía con otros usuarios de internet a través del programa Emule. El acusado aceptó la pena y confesó los hechos tras alcanzar un acuerdo con el Ministerio Fiscal que rebaja así la pena de7 años de prisión que se pedía inicialmente.

Aunque pueda parecer una fuerte reducción en la petición de condena, el fiscal encargado del caso, Augusto Santaló, destacó al término del juicio que se trataba de una rebaja en cierto modo "justificada y forzada" por la jurisprudencia. Así, la Fiscalía de Pontevedra imputaba a este vecino de Portonovo un supuesto agravado por la aparición en las imágenes de menores de 13 años que eran sometidos a acciones especialmente vejatorias. No obstante, Santaló recordó que hay ya varias sentencias del Tribunal Supremo que establecen que este agravante solo es aplicable a los productores de las imágenes y no a quienes las distribuyan o posean. Con este acuerdo, el acusado reconoció que descargó e intercambió archivos de contenido pedófilo.