Un rutinario paseo nocturno de dos vecinos de Ourense con sus respectivos canes, en la madrugada de ayer en una calle de esta ciudad, acabó con el dueño de un perro de raza pitbull atacado por su propio animal, un can considerado de raza peligrosa, cuando intentaba separarlo de otro perro sobre el que se había abalanzado, un caniche que no sobrevivió a las dentelladas del animal atacante.

El suceso vuelve a poner sobre la mesa los incumplimientos de la legislación en materia de tenencia de este tipo de animales considerados peligrosos, pues el perro estaba paseando por la calle con correa, pero sin bozal. Su propietario no había solicitado la licencia administrativa que se exige –con informe psicológico del amo incluido– para poder tener un perro de estas características, ni había suscrito el seguro de responsabilidad civil para hacer frente a los posibles daños que ocasionen este tipo de animales peligrosos.

Los hechos ocurrieron pasadas las 01.40 horas de la madrugada del domingo, en la calle Bernardo Cachamuiña de Ourense, muy cerca del campus universitario y en un jardín interior colindante a la entrada al parking de Mercadona, calle que es muy transitada por vecinos de la zona que salen por la noche a pasear a sus canes.

Según el testimonio de la Policía Local, el perro de raza pitbull propiedad de J.A.L.F., de 24 años y vecino de esa misma calle, paseaba atado con correa pero sin el preceptivo bozal y atacó al perro de otro particular, supuestamente un caniche.

Hospital

El propietario del pitbull trató de separarlos y recibió una fuerte dentellada en una mano que obligó a trasladar al joven al Complejo Hospitalario de Ourense para valorar el alcance de las heridas. Allí le dieron varios puntos de sutura.

Por su parte los agentes, tras comprobar que el otro animal que yacía en el suelo estaba muerto a causa del ataque del pitbull –una raza canina que se formó a partir de canes importados y que se utilizaba antiguamente como perro de pelea, hasta que estas fueron prohibidas– decidió trasladar al can peligroso hasta la perrera municipal de la ciudad, donde estará en cuarentena.

Tanto la normativa estatal como la ordenanza municipal de tenencia de este tipo de canes establecida por el Concello ourensano imponen importantes sanciones para los propietarios que incumplan la férrea normativa establecida.